A veces es difícil explicar a las personas de tu entorno el estado emocional que le provocan a uno ciertas situaciones comunicativas. A los demás les cuesta entender las reacciones de enojo, de ansiedad o negativismo; que me invaden cuando no logro participar de un equilibrado intercambio de mensajes. Si la situación se mantiene durante mucho tiempo, pese a mis explicaciones y peticiones de modificar algunas costumbres comunicacionales en aras del mutuo entendimiento, puedo llegar al resentimiento. No logro evitarlo, aunque generalmente lo disimulo.
El otro día, curioseando sobre los mecanismos de ataques más usuales en internet encontré una luminosa semejanza que me permitiría realizar una mejor pedagogía de mi problema y, quizás, hacer comprender a algunas personas "cómo funciono". Eso mejorará su empatía, lograremos entendernos mejor y yo podré enterrar mis emociones negativas en lo profundo de mi sistema límbico (que se entretengan jugando a las cartas en esa mazmorra cerebral). Sólo necesitarán conocer algunas nociones de La teoría de la Información y haber leído alguna cosa sobre los "ataques de denegación de servicio" (DoS): Denial of Service, en inglés.
Pongamos un ejemplo: el DoS empezaría así (dígase rápido y si pausa): ... ¡Arranca!, ¡Jesús, cuidado con el coche rojo!- ¿Llevas la cartera?- ¿Metiste la maleta pequeña?- ¡No te has traído los audífonos!- ¿Porqué vas por ahí? - ¡Pásate al carril de la derecha!- Mete la segunda: ¿No oyes el motor?, lo vas a destrozar...¡Mira el semáforo! - ¡Pon la calefacción! ¿No enciendes la radio?...Para la mayoría de las personas, para los que disponen de un hardware normal, esto no pasa de ser algo molesto, pero asumible: el ordenador se calienta, pero funciona. No hay cortocircuito. Pero quién tiene problemas con el descifrado de datos, para aquel al que estos paquetes de información llegan alterados se produce un auténtico overflow, una saturación del buffer que no puede montar los paquetes de información a tiempo para comprenderlos. Si a esto le añades que está corriendo en máquina un programa de grandes exigencias (conducir un automóvil en medio de un tráfico denso) se entiende que el sistema emita mensajes de alarma en forma de emociones agresivas: ¡te está diciendo que hay una prioridad para la integridad de la máquina y que el resto es accesorio: que cortes el rollo! Si el sistema está configurado para aceptar información (los humanos llaman buena educación a tratar escuchar al que habla) y trata de priorizar la comprensión se produce un auténtico bloqueo, un nocaut que le deja a uno pasmado, con cara de idiota, y respuestas incoherentes. Para luchar contra ese faltal desenlace, se emiten señales de alarma en forma de emociones agresivas (la función de las emociones está estudiada y bien entendida como reacciones relacionadas con la supervivencia):- ¡Déjame! - ¡Cállate!- ¡No hables del tráfico!- ¡Hago lo que me da la gana!...Y esto puede acompañarse de algún grito de desahogo. Lo he hecho a veces.
Otra forma de bloquear el servidor es colocarle en una situación de respuesta a múltiples peticiones de información simultánea. Imaginemos un grupo de gente en un salón, hablando varias de ellas a la vez, en todo de voz elevado... situemos a nuestro organismos receptor en medio de todos ellos recibiendo datos confusos que debe descifrar a toda velocidad. Incluyamos en el tráfico de datos un montón de información extensa (Ping de la Muerte), irrelevante (Nuke) o repetitiva (Ping flood) . Su sistema de inerpretación no puede descifrar estos paquetes de datos rápidos y difusos para él con lo que se produce una denegación de la atención (Denial of Service). El individuo deviene en isla en medio del océano comunicativo.
¿Y que puede ocasionar que una máquina pensante humana deniegue el servicio a las comunicaciones de las restantes unidades pensantes?. En mi caso es un problema sensorial: entrada de datos (hipoacusia) En otros casos es causa del procesador interno (deficiencia cerebral), o máquinas obsoletas (ancianos) o códigos intraducibles (desconocimiento de idiomas), software insuficiente (falta de educación), porgramación incorrecta (autismo), etc.
Lo terrible muchas veces es nuestra falta de empatía (incapacidad para reconocer este problema en los demás). Porque en todos los casos el problema no es tan grave como para no poder establecer una comunicación eficiente. Solo hay que adaptar el protocolo (TCP/IP) y todo vuelve a funcionar. ¿Es tan difícil?