La ataxia, también denominada ataxia cerebelosa, incluye diferentes alteraciones del movimiento que comparten un elemento en común: la dificultad o el fallo en la coordinación muscular.
Las personas con ataxia experimentan también diversas dificultades en sus movimientos, producto de atrofia o de enfermedad en el cerebelo.
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Recordemos que el cerebelo es la región del cerebro encargada de organizar la información de los sentidos, lo que nos permite movernos y equilibrarnos; así, si hay una lesión en esta zona, podemos sufrir ataxia.
Pero, ¿Qué más sabemos de la ataxia? ¿Qué otras causas encontramos? ¿Existen diferentes tipos de ataxia? ¿Qué tratamientos pueden utilizarse para abordarla? En Psyciencia, te lo contamos.
Ataxia: un trastorno que afecta a la coordinación
Según un artículo de Camacho, Simón y Mateos (2008), del Hospital 12 de octubre de Madrid, “ataxia” significa, literalmente, “incoordinación motriz”. El concepto define un síndrome de desequilibrio-inestabilidad en la marcha.
Este desequilibrio provoca un aumento de la base de sustentación y, en casos más graves, la imposibilidad de mantener la bipedestación o caminar. La ataxia también se define como un trastorno neurológico, que implica una disminución en la capacidad para coordinar nuestros movimientos.
Así, es un trastorno que afecta al sistema nervioso, y según Camacho et al. (2008), suele afectar al cerebelo o sus conexiones, aunque también ocurre por afectación de la sensibilidad propioceptiva (ataxia sensorial, que empeora de forma característica con el cierre ocular). Este último caso, eso sí, es algo más frecuente en adultos que en niños.
Dificultades para coordinar o caminar
De esta forma, las personas con ataxia experimentan dificultades para coordinar los músculos de las diferentes partes de su cuerpo, lo que les dificulta la realización de diferentes gestos o acciones, así como el hecho de caminar.
Generalmente, los miembros más afectados son los brazos, las piernas y las manos. Sin embargo, en algunos casos la ataxia también afecta a la deglución o a la visión.
Síntomas y efectos de la ataxia
La ataxia puede aparecer de forma aislada (ataxia primaria), o como signo subyacente de diferentes enfermedades, alteraciones o trastornos neurodegenerativos.
Los síntomas de la ataxia, como hemos visto, incluyen una falta de coordinación en los movimientos. También, cierto desequilibrio a la hora de caminar o de simplemente permanecer en un determinado lugar.
Este desequilibrio puede aparecer como consecuencia de procesos vestibulares (acompañado de la sensación de vértigo), de una lesión en los lóbulos frontales o de hidrocefalia. Incluso, puede aparecer también de forma transitoria en el lactante con un brote febril, como consecuencia de la inmadurez funcional de su cerebelo.
Tipos de ataxia
Encontramos dos tipos de ataxias, según su naturaleza:
- Ataxias primarias
- Ataxias secundarias
Ataxias primarias
Este tipo de ataxia es neurodegenerativa. Esto quiere decir que van empeorando con el tiempo. Suelen ser ataxias de origen genético.
Dentro de las ataxias primarias encontramos dos subtipos más de apraxias: las ataxias dominantes (su origen es una única mutación genética) y las recesivas (son más esporádicas y se manifiestan cuando existen dos mutaciones genéticas; en el padre y en la madre, que la persona hereda).
Ataxias secundarias
Las ataxias secundarias, o ataxias agudas, son aquellas que tienen orígenes diversos; así, pueden surgir como consecuencia de una infección, de un tumor, de alteraciones metabólicas, etc. La ataxia secundaria más frecuente es la causada por el alcohol (consumo excesivo de la sustancia).
Causas de las ataxias agudas
Según el artículo citado de Camacho et al. (2008), las causas más frecuentes de las ataxias agudas, sobre todo en niños, son:
- Causa postinfecciosa o de base inmunológica:
- Cerebelitis postinfecciosa
- Enfermedades desmielinizantes
- Síndrome de opsoclonus-mioclonus
- Síndrome de Miller-Fisher
- Intoxicación
- Infección del Sistema Nervioso Central (SNC)
- Tumores de fosa posterior
- Traumatismo craneal
- Migraña tipo basilar y equivalentes migrañosos
- Patología cerebrovascular
- Enfermedades hereditarias
- Reacción psicógena
Otros signos que acompañan a la ataxia
La ataxia puede manifestarse acompañada de otros signos de disfunción del cerebelo. Estos signos o síntomas afectan al movimiento, e incluyen:
- Nistagmo: movimiento incontrolable e involuntario de los ojos.
- Temblor: movimiento involuntario, algo rítmico; contracciones que involucran oscilaciones o espasmos de una o más partes del cuerpo.
- Disartria: alteración en la articulación de las palabras.
- Dismetría: falta de coordinación del movimiento tipificada por la rama inferior o el exceso de posición prevista con la mano, el brazo, la pierna o el ojo.
- Hipotonía: disminución del tono muscular.
- Disdiadococinesia: imposibilidad de realizar movimientos rápidos alternantes; afecta al tiempo, la velocidad y la aceleración en los movimientos normales.
Tratamiento de la ataxia
En la actualidad no existe ningún tratamiento específico que cure la ataxia. Sin embargo, sí existen tratamientos que permiten aliviar o reducir sus “efectos” o síntomas, lo que incluye el control sintomático del dolor o la fatiga.
Por otro lado, existen dispositivos que permiten mejorar la autonomía y la calidad de vida de la persona, como andadores, bastones, utensilios adaptados para ayudar a la persona a comer o a realizar otras actividades básicas de la vida diaria, sistemas de comunicación, etc.
Tipos de terapia
La fisioterapia puede ayudar al paciente con ataxia a mejorar su coordinación, su equilibrio y su movilidad en general. La terapia del habla resulta útil también para mejorar el habla y la deglución, y la terapia ocupacional mejora la autonomía de la persona en sus tareas cotidianas.
Además, la terapia psicológica puede resultar beneficiosa para trabajar los aspectos psicológicos y emocionales derivados de la propia ataxia: inseguridades, baja autoestima, fatiga, etc.
Finalmente, según un artículo de Manto y Marmolino, del 2009, la investigación en el desarrollo de modelos animales trae esperanza para un mejor tratamiento de las ataxias; en este caso, de las ataxias primarias o neurodegenerativas.
Síntesis final
Como hemos visto, el término “ataxias cerebelosas”, o ataxia cerebelosa, según Manto y Marmolino (2009), abarca los diversos trastornos cerebelosos que afectan a la coordinación motora y al equilibrio.
Según el portal médico Mayo Clínic, la ataxia “implica falta de control muscular o de coordinación de los movimientos voluntarios, como caminar o recoger objetos”.
En el caso de que surja como signo de una condición subyacente, la ataxia puede afectar a varios movimientos, además de crear dificultades a la hora de hablar, mover los ojos o deglutir o tragar.
Referencias:
- Camacho, A., Simón, R. y Mateos, F. (2008). Ataxia aguda. Sección de Neurología Infantil. Hospital 12 de Octubre, Madrid. Asociación Española de Pediatría.
- Manto, M., y Marmolino, D. (2009). Cerebellar ataxias. Current opinion in neurology, 22(4): 419-429.
- Ryan MM, Engle EC. Acute ataxia in childhood. J Child Neurol 2003; 18: 309
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