…atrevete a cometer errores.
La rutina esta muy bien desde que te marcas un horario de trabajo hasta que te sientas delante del escritorio (o papel en blanco o ordenador o donde sea que escribas). SOLO HASTA ESE MOMENTO. A partir de ahí la rutina mata tu escrito.
Ahora pondré mi típico ejemplo de Bellas Artes totalmente aplicado a la escritura: Tenía un profesor que siempre que nos daba clase (le tuve 3 años) nos pedía un cuaderno de guarrerías. Bueno, él no lo llamaba así, claro. Era un cuaderno para experimentar con mil procesos para dibujar, inventarnos nuevas técnicas, probar a pintar con cosas insólitas. El objetivo del cuaderno era tener un espacio totalmente libre para equivocarnos y para ver qué cosas “funcionaban” y cuales no. De hecho solo valoraba la cantidad, no la creatividad. Si le entregabas dos cuadernos en vez de uno te subía la nota.
Aplicado a lo nuestro significa que tenemos que atrevernos a escribir sobre cualquier cosa, y de cualquier modo. Probar a escribir en segunda persona, probar con un género que no conozcamos, probar a escribir cosas con colores o con formas (para los que tienen alma de poeta), probar a tergiversar las frases… No me refiero a escribir novelas, pero sí podemos dedicar una hoa o dos a escribir un relato “diferente” a lo que solemos escribir.
En definitiva que equivocarse no solo está permitido, sino recomendado. De nuestro cuaderno de pruebas seguramente saquemos menos de un 10% de cosas válidas, pero nunca podrías haberlas sacado de otro modo. La mejor forma de tener una buena idea es tener muchas ideas.
Un abracico a todos,
Vir