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Atlético de Madrid – F.C. Barcelona: Si se cree y se trabaja, se puede

Publicado el 14 abril 2016 por Trescuatrotres @tres4tres

"Si se cree y se trabaja, se puede". Simeone puso de moda esa frase, junto con un completo discurso de loa a la ética del esfuerzo, en la fiesta de celebración del título de Liga de hace dos temporadas. Era el resumen del argumentario del técnico rojiblanco. Pero como una imagen vale más que mil palabras, para quien quiera entender lo que significa, que vea el partido de anoche.

La oda al trabajo que el Atlético de Madrid realizó anoche, bien vale por una semifinal de la Champions. Hablaba el técnico tras el encuentro de la representación de valores en desuso en nuestra sociedad, hay a quien puede sonarle ridículo, casi ofensivo, que a algo tan trivial como al fútbol se le dé un valor tan grande como para identificar la actitud de un equipo como un ejemplo a seguir para la sociedad, probablemente tengan razón. Pero les puedo asegurar las más de 50.000 almas colchoneras que abarrotaron el Manzanares anoche comulgan con lo que el Cholo quiso explicar con sus afirmaciones.

Y es que el partido del Atlético, más allá de las consideraciones futbolísticas (en las que entraremos más adelante) fue conmovedor. No es normal que cualquier equipo que trate de aguantar ante todo un Fútbol Club Barcelona durante más de 30 minutos encerrado en su área consiga escaparse con su marco a cero. Ni siquiera en el caso de un equipo acostumbrado a encerrarse y a defender muy bien, como es el Atlético de Madrid. El esfuerzo, la concentración, la decisión con la que fueron a por cada balón que pasaba por su área fue la de un náufrago luchando por no ahogarse en la orilla.

Es un fútbol con una estética diferente, con la virtud del sufrimiento, de la que siempre han sabido mucho las huestes rojiblancas, pero, desde que llegó el cholismo, con final feliz en muchas ocasiones. El sudor también te deja pegado al televisor, no es el virtuosismo de la orquesta de aquel Barça de Guardiola, por poner el ejemplo de fútbol más atractivo que nunca haya visto, es otra cosa. Es el amargo sabor de la dignidad de los personajes de una película de Ken Loach o el estremecimiento que sentimos al ver las miradas de los habitantes de una zona en guerra, es ese tipo de emoción que entronca con experiencias vitales de quienes lo ven, porque todos hemos tenido un momento en el que nos hemos visto luchando en inferioridad tirando de nuestro orgullo.

Pero no todo consiste en echarle garra (por no utilizar expresiones más soeces) o correr mucho tras el balón. Más allá del aspecto psicológico o de mentalidad del equipo, hubo mucho fútbol. El Atlético ofreció una exhibición de movimientos defensivos, de ayudas entre compañeros y de como trabajar contra el plan ofensivo barcelonista. La colocación en el campo, las decisiones a la hora de salir a la presión, la altura a la que plantar las líneas, la decisión de cada jugador a la hora de seguir a su par, fueron, durante el primer tiempo, sencillamente perfectas. Anuló con todo ello cualquier posibilidad de superioridades numéricas de los jugadores blaugranas en ninguna zona del campo.

Atlético de Madrid – F.C. Barcelona: Si se cree y se trabaja, se puede

Cerró de salida el Atlético la salida de balón de su rival, que se vio agobiado en zona defensiva y desconectado, en parte por la abulia de los tres de arriba, bien cerrados y algo desquiciados en guerrillas personales con los defensores. Antes del gol habían llegado varias ocasiones para los locales, que habían desdibujado al visitante.

Tras el descanso el partido cambió con una variación en el inicio de las jugadas culés. Luis Enrique incrustó a Busquets entre los centrales a la hora de sacar el balón de atrás, desfondando en la presión a Griezmann y Carrasco. De la misma manera, si estos recibían ayudas de los medios para llegar a dicha presión, se abrían vías de agua en el bloque rojiblanco. Por eso y por el cansancio del titánico esfuerzo realizado, el Atlético se fue encerrando.

Ahí vinieron los problemas para los colchoneros. Con más ímpetu que cabeza y sin gran brillantez en sus estrellas, el Barça gozó de ocasiones habitando el área de Oblak, el gol rondó, pero, como dijo Piqué acertadamente tras el partido, parecía que estaba escrito que el balón no tenía que entrar.

Mediada la segunda parte, la salida de Thomas por Carrasco dio un segundo aire a los colchoneros. El físico del medio fomentó una opción más para la salida de balón, que por entonces parecía imposible. El Barça siguió dominando, pero al menos el Atlético salió en alguna ocasión.

Así, mientras los locales seguían achicando balones de su área, Filipe Luis encontró una salida por valor y determinación, buscó a Griezmann solo ante el portero e Iniesta cortó el pase con la mano. Penalti que el francés, mientras Correa esperaba en la banda para sustituirle, transformó con algo de intriga, pero que realmente cambiaba poco. Si el Barça marcaba, se iría a una prórroga en la que el Atlético sería carne de cañón.

Ya en el descuento, llegó la jugada más polémica del encuentro. Mano de Gabi que el sobre la línea que el árbitro indicó fuera del área. Una pena el borrón en un buen arbitraje del italiano Rizzoli, que dio un cursillo a su compañero que dirigió el partido de ida sobre lo que es controlar un partido tenso sin convertirlo en un festival de tarjetas. También se le reclamó expulsión en el penalti de Iniesta por cortar una ocasión manifiesta, sanción para Luis Suárez en un golpe sobre Godín que dejó al central con cara de boxeador magullado (pena que este chico se vea tan repetidamente envuelto en acciones feas) y un posible penalti de Piqué en el primer tiempo. Cabe destacar que los jugadores blaugranas, tras el partido, quitaron importancia al error arbitral, dando una lección innegable de caballerosidad.

El Barça sigue en una crisis de juego y resultados que pone en peligro los títulos de Liga y Copa con los que casi contaba. Ni el físico ni la mentalidad, sobre todo de los de arriba, está en su punto correcto. Luis Enrique debe provocar una reacción, algún cambio, aunque afecte a vacas sagradas, si quiere tener un fin de curso sin más sobresaltos. No obstante, ayer mereció marcar y pudo haber obtenido el pase, a pesar de verse superado en planteamiento y fe por el equipo local.

Así que el Atlético de Madrid va a seguir dando lecciones de capacidad de batalla por los campos europeos. Entra en el bombo con Real Madrid, Bayern y Manchester City, siendo en principio el menos poderoso de los tres, pero probablemente el más incómodo. Veremos hasta donde llega, porque si se cree y se trabaja, se puede.

At.MadridF.C.BarcelonaUEFA Champions League 2015-2016

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