Revista España
El atún rojo seguirá en peligro de extinción.
La Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT) decidió en su última reunión la reducción de las capturas admisibles de esta especie del Atlántico Oriental a 12.900 toneladas, una disminución del 4% que no ha satisfecho a nadie.
Además, no ha logrado aprobar la creación de santuarios en las aéreas de reproducción, una medida de gestión que científicos y organizaciones ecologistas consideran esencial.
El atún rojo, también conocido como atún de aleta azul, atraviesa una grave situación, como denuncian varias organizaciones ecologistas, instituciones internacionales y asociaciones de pescadores tradicionales.
Un informe de WWF asegura que la pesquería de este túnido se ha esquilmado de manera progresiva hasta su práctica desaparición en el Atlántico Oriental y en el Mediterráneo.
La organización conservacionista apunta como principal responsable a la pesca ilegal y desmesurada de la flota europea, en especial Francia, así como Libia y Turquía.
El estudio, basado en fuentes oficiales, destaca las cada vez más frecuentes capturas de atún rojo no declaradas, que se transbordan en alta mar a enormes barcos con destino a los lucrativos mercados de Japón y Estados Unidos.