FICHA TÉCNICA
Augustine
Francia, 2012, 101’
Dirección y guión: Alice Winocour
Intérpretes: Vincent Lindon, Soko, Chiara Mastroianni, Olivier Rabourdin, Roxane Duran, Lise Lamétrie, Sophie Cattani, Grégoire Colin, Ange Ruzé.
Música: Jocelyn Pook
Fotografía: Georges Lechaptois
La imagen de un cangrejo y luego la de una joven doncella de cocina que sufre un extraño ataque frente a asombrados comensales es tremendamente atrapante, es el inicio de Augustine y engancha.
La historia transcurre en París, en 1885. Augustine, con sus 19 años, es llevada al hospital Pitié-Salpêtrière. Allí, la joven, que llegó con una parálisis en todo su lado derecho, conocerá al doctor Charcot. Augustine, le rezaba a su ángel guardián para que la curase pero una paciente le dijo que mejor orara por el médico; hombre de gran poder y devenido en semi-dios. Augustine, tuvo un golpe de suerte al sufrir un nuevo ataque a ojos de Charcot, lo que la llevó a convertirse en su enferma preferida. Se determinó que padecía de histeria ovárica.
Augustine es la opera prima de Alice Winocour y se está transmitiendo en My French Film Festival, un festival para ver online producciones francesas nuevas; hay películas en competencia oficial, otras fuera de concurso, cortos y obras clásicas del cine francés. Hasta el 17 de Febrero hay tiempo para husmear un poco. Realmente es muy variado el abanico de opciones, así que hay para todos los gustos. Augustine es una de las propuestas más destacadas.
La cinta de Winocour está basada en hechos reales, al igual que dos films con los que tiene puntos de contacto: Hysteria de Tanya Wexler y Un método peligroso de David Cronenberg, ambas de 2011.
Los ataques que sufría esta hermosa joven de ojos negros y grandes que todavía no había menstruado y que desconocía lo que era, tenían un tinte sexual que fascinaba a quienes presenciaban el espectáculo (en las lecciones de los Martes) cuando Charcot los exponía a través de la utilización de la hipnosis; los lujuriosos hombres exclamaban: “lo que hemos visto supera la actuación de Sarah Bernhardt.” Charcot recurría a mediciones y fotografías para estudiar los casos. Augustine tiene además coincidencias con Freaks (1932) de Tod Browning, El hombre elefante (1980) y Venus negra (2010) de Abdellatif Kechiche por el hecho de mostrar a los diferentes como fenómenos, algo muy común por aquellos años.
A fines del siglo XIX se concibió como paroxismo histérico o histeria al orgasmo, debido a que se creía que la represión sexual femenina era una enfermedad.
Charcot enlazaba a las histéricas con las brujas del siglo XVII y afirmaba que sólo quería una cosa: “comprender, por eso induzco los ataques.”
A Charcot se lo ve introspectivo, monosilábico; uno de los pocos pensamientos extensos que se le escuchan decir en off es el que se refiere a cómo Augustine tuvo su menarquía y a cómo la veía él: “Soñó con un matadero. Los animales caían en charcos de sangre. Se levantó con su primera menstruación. Personalidad. Augustine es activa, inteligente, afectuosa, impresionable. Le gustan los hombres. Le gusta que la miren, que la cuiden. Le preocupa su aspecto. Se arregla el pelo, se lo peina de diferentes maneras. Le gustan las cintas de colores”.
Médico y paciente hablan de amor; ella dice que sabe sobre ese tema, que recibió cartas y le pregunta a él si eso le sorprende. Esta es una de las charlas que va mostrando su acercamiento. Winocour opta por poner el peso en las miradas no en las palabras. ¿Enamoramiento o irrefrenable atracción?
Hay una escena en la que Augustine se quiere ir del hospital (extasiada por los experimentos y por estar encerrada) y él le pregunta: ¿por qué ahora? Y le aconseja esperar a que terminen las pruebas y a que se cure. ¿A dónde vas a ir? Voy a buscar trabajo contesta ella. Yo te puedo conseguir uno agrega Charcot, pero primero deberías aprender a leer y a escribir. Este diálogo es muy importante porque marca el contraste de clases sociales y porque definirá cuestiones que se producirán más adelante.
Charcot comenzó a relacionar las lesiones en el cerebro con los síntomas histéricos y por eso fue muy prestigioso y atrajo a montones, entre ellos a Freud quien fue realmente el que comenzó a identificar las verdaderas razones de los extraños comportamientos.
Los métodos charcoteanos generaron críticas, entre ella las de Maupassant, quien dijo que para el doctor “todos eran histéricos”.
Hay tres escenas particularmente sugestivas: el descogotamiento de una gallina, el encuentro del mono del médico con Augustine y la tomadura de una sopa. Otro elemento interesante es que la cinta alterna testimonios (en estilo documental) de otras pacientes.
El gran tema de Augustine es cómo esta muchachita pierde su inocencia, se convierte en mujer, se da cuenta del poder que puede ejercer siendo consciente de su cuerpo y se libera. Podría hablarse entonces de una película con mirada feminista.
En Augustine chocan ficción y realidad pero no de una manera visible; sólo si se realiza una investigación para comprobar cuánto hay de hechos verídicos se descubre que la directora se tomó varias licencias (pero eso sería debatir acerca de qué es el cine). Estos desfasajes se evidencian en varios puntos: los datos de la época hablan de cuatro fases en la “enfermedad” y en la película se plantean tres, no se menciona que Augustine había sido violada antes de llegar al hospital, el carácter del doctor Charcot no fue tan hosco, no se sabe si los protagonistas tuvieron un amorío y el hospital en realidad cumplió funciones de hospicio y no tuvo habitaciones especiales.
La verdadera Augustine resultó ser una gran musa inspiradora (por algo está incluida en el libro Medical Muses de Asti-Hustvedt). Los primeros que se ocuparon de ella fueron Bourneville y Regnard en Iconographie Photographique de la Salpêtrière, un registro fotográfico de los trastornos de los pacientes histéricos (podría sostenerse que este registro violó la intimidad de los enfermos). El siguiente fue André Breton, en 1928 reprodujo varias de sus fotografías. 50 años más tarde, Georges Didi-Huberman la incluyó en su libro La invención de la histeria; el cual dio lugar a una película (también llamada Augustine) de Jean Claude Monod y Jean Christophe Valtat.
Augustine está maravillosamente interpretada por la cantante Soko (Crónica de una mentira, Bye bye blondie) y por Vincent Lindon (Welcome, Les salauds); además, como la esposa de Charcot, se la ve a Chiara Mastroianni (La Carta, Les bien-aimés) pero su personaje está totalmente desdibujado como si le hubiese faltado definición.
Winocour, de 38 años, dijo no haber visto Un método peligroso antes de filmar Augustine y expresó que trató de olvidar todo lo que había investigado para poder pensar cinematográficamente. Se basó en films de exorcismo y también en Jane Eyre, de las hermanas Brontë. La directora igualmente procuró dar a su cine el estilo de los prerrafaelitas; no está muy claro si lo logró pero lo importante es que su carrera promete.
EL PLUS (+):
* la “histérica” más famosa de Charcot fue Marie Wittman, conocida como Blanche, quien fue retratada por André Brouillet en Une Leçon de Charcot a la Salpêtrière.
* Winocour tomó una página de las lecciones de los Martes de Charcot, reclutó pacientes psiquiátricas reales de hoy en día, las vistió con ropas del siglo XIX, y las hizo describir sus síntomas.
* Los ataques de Augustine (similares a los de cuerpos dominados por el demonio) se lograron con cuerdas que fueron colocadas en el cuerpo de Soko, las cuales se tiraban en direcciones diferentes, y luego se quitaban en la edición.