Terminando el “mes de no comprar nada nuevo”, un lector me pregunta cuál será el reto para noviembre. Como empieza ahora la época del frío, del estrés antes de la navidad, de las preparaciones para el cierre del año etc… Te recomiendo un ayuno depurativo de quejas para aumentar tu productividad y tu bien-estar.
Te quejas 15-30 veces. ¡Al día!
Quizás un poco menos, probablemente un poco más… Las quejas son socialmente aceptadas y sirven de formula unificadora para grupos diversos (equipos de trabajo, comunidades de vecinos, grupos de estudios). Además dicen que quejarte te ayuda a disminuir la propia frustración de forma fácil y sin riesgo. Nada une más que un “enemigo” común, ya sea el jefe, la vecina del 3º o el profesor de física. Si añades a estas quejas los comentarios sueltos sobre el frío que hace, las elecciones, la crisis, el bus atrasado, el semáforo en rojo justo cuando tienes prisa, … fácilmente llegas a las 15-30 quejas diarias.
Ya lo sabían los neurolinguistas: eres lo que dices
Cada comentario negativo indica a tu cerebro que tienes razones para enfadarte. Y el enfado requiere mucha energía mental. Esta energía no estará disponible para buscar soluciones innovadoras o simplemente disfrutar de lo que sí funciona en tu vida. Las palabras son más poderosas de lo que te imaginas y definen cómo percibes lo que te rodea. Esta es tu oportunidad para cambiar de chip: Las palabras sí que las puedes controlar.
Estudios de la universidad de Harvard demuestran que una actitud positivas está relacionado con una mejor salud, una vida más larga, más bien-estar y un mejor rendimiento en el ámbito laboral. Y tiene su lógica: todos preferimos rodearnos de personas positivas por la energía que nos transmiten. ¿Lo mejor? Ser positivo no es una aptitud innata. Se puede aprender.
¿Qué es una queja?
Entiendo como quejas cualquier comentario negativo que no sirva para resolver una situación o que no venga acompañado de alguna idea positiva (vea el segundo parágrafo de este post). Confío en que sabes muy bien cuándo te estás quejando y cuándo estás describiendo una situación.
Además, para este reto, solo se considera queja lo que se pronuncia en voz alta. Los pensamientos negativos por el momento no se califican como quejas, por el simple hecho de que son más difíciles de evitar. Y conforme modificas tu lenguaje relativo a las quejas, los pensamientos negativos se volverán menos frecuentes. Así que no vale la pena preocuparse por ellos en este momento.
El reto: 21 días sin quejas. Hasta que lo consigas
Tu ayuno de quejas empieza hoy. Escoge un anillo o una pulsera (puede ser una simple gomita) que puedas llevar tanto en tu mano/brazo derecha como en la izquierda. Esta joya te servirá de recordatorio de que estás de ayuno. Cada vez que estés a punto de quejarte, reformula el comentario en algo positivo, o olvídalo. Lo importante es no pronunciar estas quejas. Verás que con el tiempo tu cerebro se acostumbra y genera menos pensamientos negativos.
Y para que no puedas olvidarte del reto: cada vez que te quejes, cambia el anillo o la pulsera a la otra mano y empieza desde cero. Puede que necesitarás 2-4 meses para conseguir estar 21 días sin quejas (es la media según A Complaint Free World). Los hábitos requieren tiempo para ser cambiados. La recompensa será una época pre (y post) navideña mucho menos estresante.
¿Te apuntas?
—
Imágen: LifeAsArt/flickr