Lo confieso: a menudo leo los comentarios de los lectores sobre las noticias de los periódicos online, y lo peor de todo es que a veces participo en las discusiones que se generan. Al final acabo más indignada y sorprendida por lo que dicen algunos lectores que por lo que dicen algunos políticos.
Si cuando estos días abriendo la web de El País me quedé a cuadros al leer que que la señora Ministra de Sanidad Ana Matos había dicho: “La falta de varón no es un problema médico”, aún me quedé más impresionada al leer comentarios de personas que no sólo estaban en contra de que la seguridad social financiase tratamientos de reproducción a lesbianas y mujeres solteras, sino que estaban en contra de que los financiasen a todas las mujeres, argumentando que no es un problema médico importante o incluso porque lo consideran “un capricho”.
No se si será que la propaganda de austeridad está calando muy muy hondo o es que la gente ya pensaba así de antes, pero me parece una barbaridad que alguien piense que los tratamientos que no son cuestión de vida o muerte, no deberían ser financiados por la seguridad social.
Tenemos una sanidad pública que más quisieran muchos países ricos y desarrollados que no sólo se ocupa de curar la enfermedad, sino que trata de garantizar la salud de nuestra población. ¿No se dan cuenta? TENEMOS UN TESORO!!! SOMOS UNOS PRIVILEGIADOS!!!
Tal vez los que dicen estas cosas no conocen la definición de salud y por eso creen que la seguridad social no debería financiar la reproducción asistida, los cuidados paliativos, la reconstrucción de pecho a mujeres mastectomizadas, las operaciones de estética a personas que han sufrido grandes quemados… Debido a que con estos procedimientos no se salvan vidas, pero es que salud no es sólo salvar vidas, la salud (según la OMS) es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de enfermedad o dolencia.
Otros lectores argumentan que el problema es económico y ante la situación de crisis económica en la que vivimos, la seguridad social no puede permitirse financiar este tipo de problemas de salud. Pero es que según los expertos, haciendo números este tipo de procedimientos suponen un porcentaje de gasto mínimo. Por lo que este argumento no se sostiene.
Si de verdad quieren proponer medidas que supongan un ahorro considerable para las arcas de la seguridad social, por ejemplo que implanten el sistema de unidosis en los medicamentos, un sistema utilizado en la mayoría de países desarrollados que ahorraría mucho dinero tanto a la seguridad social como a los pacientes, puesto que ambos únicamente pagarían las pastillas necesarias y no las que la empresa farmacéutica decida meter en la caja.
Pero claro, mejor recortar el derecho a la salud a los ciudadanos (a los que luego les diremos que es que tenían una sanidad por encima de sus posibilidades) que cabrear a la industria farmacéutica (sobretodo si de esta industria me llevo a casa un dinerillo extra).
No nos dejemos engañar, nuestro derecho a la salud no es “un capricho” y por lo tanto la reproducción asistida (ya sea para lesbianas, mujeres solteras, o mujeres heterosexuales con pareja) no es “un capricho”.
No podemos dejar que hagan pasar medidas sanitarias puramente ideológicas por medicas económicas o de cualquier otro tipo. Dejar fuera de la reproducción asistida a mujeres lesbianas o solteras es una medida que sólo busca promover un modelo familiar tradicional y no tiene nada que ver ni con la salud ni con la economía.