Autoconocerte para saber qué quieres hacer con tu vida

Hace tiempo tuve el placer en este blog de disfrutar de Deborah Marín, una de las blogueras a las que más admiro del mundo mundial. Con ella estuvimos hablando de emprendimiento, inspiración, miedos y sueños en una entrevista de la que disfruté y aprendí muchísimas cosas (y que tú puedes leer aquí).

Estos días, Deborah nos pasó a los suscriptores un vídeo training en el que ella misma explicaba cómo empezar a decidir qué quieres hacer con tu vida a través de situaciones clave como la toma de decisiones, definir nuestra personalidad para poder definir nuestra pasión o la forma en la que queremos encarrilar nuestra vida, etc. Uno de esos vídeos hablaba de la personalidad piedra y la personalidad pluma (ejemplo de Deb basado en el experimento de Galileo), y me ha inspirado muchísimo para escribir esta entrada.

Y es que yo soy de las que cree que autoconocerse es una necesidad de todas las personas. Una necesidad que, sin embargo, no actúa como tal. Hay gente que puede no haber pasado por ninguna fase en la que tuviera que mirarse hacia adentro, en la que tuviera que autoconocerse en profundidad y aun así, ha podido ser feliz igualmente. Sin embargo, las personas que en algún momento hemos tenido que mirarnos adentro y nos hemos, primero asustado, y después aceptado tal y como somos, hemos pasado por esa fase caótica que empieza por aceptar qué somos para poder llegar a plantearnos qué queremos ser. El autoconocimiento además incluye una pequeña dosis de autoamor, de autoquererse, de sentirse bien en la piel de uno mismo, para creer en nuestras propias posibilidades, en nuestro talento y en nuestras ideas.

Una buena forma de autoconocerse para empezar a determinar qué queremos hacer con nuestra vida es plantearnos, tal y como planteó Deb en su vídeo, si nuestra personalidad es una piedra (somos directos y decididos, nos damos tiempo para fracasar y para profundidad, queremos ser expertos en algo, nos interesa una cosa y queremos exprimirla hasta que lo aprendamos todo de ello) o una pluma (curiosos por naturaleza, vamos tocando unas cosas u otras y no nos importa si tiene mucha profundidad, no queremos ser expertos en algo, sino más bien disfrutar con cada cosa). Cada tipo de personalidad tiene unos pros y unos contras, y aprender a saber si somos piedra o pluma (o piedras disfrazadas de plumas y viceversa), es fundamental para definir nuestro objetivo y nuestra misión, nuestro qué queremos hacer con nuestra vida y de paso, que ese algo, nos haga felices.

¿Qué dirías que eres? ¿Piedra o pluma? ¿Cómo crees que esto te ha ayudado o te ha perjudicado a lo largo de tu vida? Lo más importante para autoconocerse es hacerse preguntas constantes. No tengas miedo de preguntar porque en el fondo, lo que temes es la respuesta. Contesta con el corazón, con tu verdadera personalidad y con lo que eres, para ir pasito a paso hacia la vida que realmente quieres.

Y ya para terminar, y volviendo al mundo de Deb, hoy os recuerdo que sale a la venta El Ideatorio. Esta no es su primera edición pero, si no lo conocéis todavía, os animo a que por lo menos le echéis un vistazo. El Ideatorio es el primer curso online que te ayuda a definir tu personalidad, tus objetivos y tu forma de ser para ayudarte a encontrar el mejor método para emprender a tu medida. Es toda una delicia y puede resultarte realmente útil si tú tienes claro lo que realmente quieres y ese algo es emprender (pero todavía no sabes cómo). Puede ser tuyo si te inscribes desde hoy hasta el 6 de marzo (clica en la foto para ir a la página de Deb y déjate llevar ;)

Y yo ya me despido hasta el lunes, almas cándidas :)

¿Piedras o plumas? ¿Qué tenemos por aquí?

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