«Aurelio Major, poeta, traductor, editor y asesor en España de cuatro editoriales europeas, es un buen conocedor del mundo de la edición en América y Europa. "Al final -dice-, lo que quiere el autor es llamar la atención de una editorial de prestigio para que le publique. Lo importante es que el autor que se autoedita tenga oficio, que el libro que ha escrito tenga por lo menos la mínima calidad para satisfacer las mínimas exigencias del lector. No es cierto que quien quiera escribir un libro lo pueda hacer sin formación previa.»No, no es verdad. Lo que quieren las soprano, los escritores y escritoras, es ser leídas por millones. Cuando no lo consiguen, como a la mayoría de autores nos sucede, es cuando piensas. “Ay, ángel de amor…”. Y esperas el salvador en forma de editor, que evidentemente nunca llega. Se parece a estar rodeado de apaches, en medio de la nada de un infinito desierto de Nuevo México, y esperar el Séptimo de Caballería. O, siendo más preciosos, se parece al argumento de aquella obra de teatro, Esperando a Godot, de Samuel Beckett. Una tragicomedia del absurdo, ¿os suena de algo? Lo de tragicomedia del absurdo me refiero.
«Aurelio Major disiente. "Stephen King intentaron autoeditarse y él ha hecho marcha atrás. Para las ventas millonarias hace falta un departamento de marketing impresionante y el autor no puede dedicarse a ello. Muchos autores autoeditados logran un éxito momentáneo según su capacidad de activar sus redes sociales. En Amazon, por ejemplo, se ha descubierto que pagaban a reseñistas para que elogiaran el libro y obtener así más presencia. A las corporaciones les interesa vender libros a los precios más bajos posibles, porque no es su negocio, y eso es un peligro, porque la buena literatura puede pasar a no valer nada.»Bueno, bueno. Linkeo el artículo. Para pensar un ratico: http://www.lavanguardia.com/libros/20130606/54375394565/boom-autoedicion-reinventa-modelos-editoriales.html
Autoeditarse o No. Esa es la cuestión.