El otro día, al entrar a trabajar había una tórtola turca (Streptopelia decaocto) muerta en la puerta de la entrada. Aparentemente no le había ocurrido nada, parecía haberse muerto sóla. Un poco después, mirando el cristal en la posición adecuada se descubrió lo que había ocurrido. En el cristal se veía claramente el impacto que había sufrido la tórtola, que chocó con él al creer que tenía el campo libre. El polvillo que recubre las plumas de todas las aves quedó adherido al cristal, de modo que se aprecia el cuerpo y las alas perfectamente. En una visión más detallada se llegan a apreciar incluso las barbas de las plumas como en la foto del final.
Recuerdo haber recogido una vez un reyezuelo sencillo (Regulus regulus) tras haberse impactado contra el cristal de una puerta, donde me dijeron que tiempo atrás había muerto "un gavilán" del mismo modo.
Trabajo haciendo labores de mantenimiento en las instalaciones deportivas del Ayuntamiento de Zaragoza. hace unos años se instalaron pistas de pádel de cristal. De repente, aparecieron barreras invisibles en la trayectoria normal que hacían las aves. Las primeras semanas recogimos diferentes aves muertas. 3 Gorriones comunes (Passer domesticus), 3 zorzales charlos (Turdus viscivorus), 1 verderón común ( Carduelis chloris), 2 verdecillos (Serinus serinus) 2 tórtolas turcas (Streptopelia decaocto) y una paloma doméstica (Columba livia). No es raro que las aves impacten contra los cristales, y en alguna ocasiones he visto como en casa insectívoros como el colirrojo tizón (Phoenicurus ochrurus) han estado buen rato intentando capturar una mosca queestaba por la parte interior de la ventana. No están las aves acostumbradas a la existencia de muros invisibles.
En época de reproducción, cuando las aves se persiguen y están pendientes de sus juegos amorosos para conseguir pareja o conservar territorio impactan en mayor cantidad. Esto se evita colocando siluetas de aves pegadas en los cristales. Su visión por parte de las aves evita los impactos. De hecho, se colocaron en los cristales de las pistas de pádel tras hacer saber lo que estaba ocurriendo y ya no recogimos más aves muertas.