Los sueños-recuerdos constituyen el grueso de esta disparatada novela.
Cubierta de: Avenida de los Misterios
Los lectores que siguen regularmente a John Irvin reconocerán en Avenida de los Misterios, su decimocuarta novela, los temas que siempre le han atraído: una infancia difícil, los orfanatos, las personas marginales, el circo, la identidad sexual, el sexo, la Iglesia y la figura del escritor conflictivo; pero al mismo tiempo hay que reconocer que es una novela repleta de ternura y humor sobre la infancia, el destino y la memoria.
El personaje principal es un escritor. John Irvin ha escrito sobre escritores en obras de ficción en el pasado, como El mundo según Garp, Una mujer dificil, La última noche en Twisted River, o Personas como yo.
El protagonista de la novela se llama Juan Diego Guerrero, de cincuenta y cuatro años, un poco cojo, tiene problemas cardíacos, es de origen mexicano pero residente en Iowa, y que emprende un viaje a las Filipinas con escala en Hong Kong. Cuando viaja lleva dos tipos de pastillas en el neceser. Uno es Lopressor, un betabloqueante que le sirve para amansar su presión sanguínea. También lo aletarga y cohíbe sus sueños nocturnos. “¡Los betabloqueadores están bloqueando mis recuerdos!”, le dice Juan Diego a su médico. “¡Me están robando mi infancia! ¡Me están quitando mis sueños!”. El otro es Viagra, que le devuelve la pegada a su “ejem”. Y falta le va a hacer, pues en el accidentado viaje, conocerá a una madre y a su hija, con un atractivo fuera de lo normal empeñadas en seducirlo no tanto las dos a la vez como en una especie de disparatada carrera de relevos, con las que entablará una relación (digamos que bastante íntima). En medio de las vicisitudes del viaje (retrasos varios, dejar de tomar la medicación y, en situaciones límite, preferirá viagra) irá recordando su vida.
De padre desconocido y madre prostituta, que ahora trabaja como mujer de la limpieza, el protagonista creció en un inmenso vertedero de basura de las afueras de Oaxaca, un lugar mísero donde pululan perros salvajes, junto a su hermanastra pequeña Lupe (que tiene serios problemas para hablar pero en cambio lee la mente de sus interlocutores); gracias a los libros abandonados en el vertedero, algunos ya en llamas, aprende a leer en castellano y en inglés. Protegido por uno de los capos del vertedero, llamado Rivera, el protagonista, sin embargo, sufre a los catorce años un accidente (provocado sin querer por su propio protector) que le destroza el pie el mismo día en que conoce a un joven hermano jesuita recién llegado a México desde Iowa para unirse a los jesuitas que ya trabajan en un orfanato de Oaxaca. Este episodio crucial permite al autor divertidas a la vez que trágicas disquisiciones sobre la madre del protagonista y sobre la primacía de la Virgen María sobre la Virgen de Guadalupe, al tiempo que presenta a la interesante figura del doctor ateo Vargas.
Más adelante, Juan Diego y su hermana Lupe acabarán en el circo del orfanato, donde vivirán con los leones. Y entran en escena una riada de personajes. Allí están Flor, una fulana travesti con un corazón de oro, y Edward, un aprendiz de cura que lleva sus propios látigos para autoflagelarse. Edward se enamora de Flor, adoptan a Juan Diego y se mudan a Iowa. Más adelante, Juan Diego estudiará en el Taller de Escritores de Iowa, como Irving.
Como tal, viaja a Filipinas, tiene cincuenta y cuatro años, un viaje preparado por su alumno favorito: será su último viaje, pues acabará muriendo allí, al día siguiente de la inolvidable y controvertida presentación de su última obra.
Hay que reconocer que Juan Diego está más cómodo en su imaginación que en su propia vida la cual, según su criterio, es poco inspiradora. Juan Diego no vive con nadie. Esto le permite vivir en su imaginación todo el tiempo. Sin mujer, sin hijos, y con demasiada imaginación es una combinación peligrosa, una prescripción para una vida solitaria y fantasiosa.
Hay que ir con cuidado con lo que uno imagina.
Como todas las novelas de Irving, Avenida de los Misterios la recomiendo sin ninguna duda.
Aquí puedes leer el primer capítulo.
John Irvin en la presentación del libro en Madrid (España)
El autor:
John Wislow Irving nació en Exeter (New Hampshire) el 2 de marzo de 1942 como John Wallace Blunt, Jr.. Tusquets Editores ha publicado sus novelas El mundo según Garp; El hotel New Hampshire; Príncipes de Maine, reyes de Nueva Inglaterra; La epopeya del bebedor de agua; Oración por Owen; Libertad para los osos; Un hijo del circo; Una mujer difícil; La cuarta mano; Hasta que te encuentre, y Personas como yo, así como el libro de relatos La novia imaginaria, el volumen autobiográfico Mis líos con el cine y el cuento infantil El ruido que hace alguien cuando no quiere hacer ruido. Irving ha sido galardonado por la Fundación Rockefeller, por el National Endowment for the Arts y por la Fundación Guggenheim; ha recibido asimismo el O’Henry Award y el National Book Award (del que ha estado nominado tres veces), y en el año 2000 recibió el Oscar por el guión para la película Las normas de la Casa de la Sidra (también publicado por Tusquets Editores), basado en su novela Príncipes de Maine, reyes de NuevaInglaterra y protagonizada por Michael Caine.
El libro:
Avenida de los Misterios (título original: Avenue of Mysteries, 2015) ha sido publicado por Tusquets Editores en su Colección andanzas, 880. Traducido del inglés por Carlos Milla Soler. Encuadernado en rústica con solapas, tiene 637 páginas.
Cómpralo a través de este enlace con Casa del Libro
Como complemento pongo uno de los vídeos que John Irving ha grabado para promocionar su última novela, Avenida de los Misterios.
Para saber más:
http://john-irving.com/ (Official Website)