Quién de nosotros no ha comenzado un viernes con la típica ducha, la mejor camisa, y un buen chorro de perfume for men, o quién no ha salido después de la cena dispuesto a lo que sea con tal de ligar, como es natural todos hemos acudido los mismos sitios donde la concentración de testosteronas se puede palpar en el aire hasta con las manos. La Discoteca!.
Es curioso como hasta en conductas tan universalmente humanas o asumidas como propias pueden ser en realidad meras copias comportamentales de los rituales que a veces se ven en la naturaleza, pero volvamos a la discoteca..., ¿por qué nos resulta tan conflictivo o difícil ligar? la existencia de una proporción 1:1 en la mayoría de las especies (incluida la nuestra) debería de restar dificultad a la hora de elegir pareja o que te elijan como pareja a fin de cuentas tocamos a un@ por cabeza, pero vamos a ver que esto no es exactamente así.
El trabajo de tener que producir descendientes en un marco de reproducción sexual crea un conflicto inevitable siempre y cuando esta reproducción sea mediante anisogamia (Gametos chicos Vs Gametos grandes), en realidad las hembras (productoras de pocos pero grandes gametos) pueden vernos a nosotros (los machos) como un verdadero parásito dispuesto a explotar la energía (de ellas) para la reproducción, sin embargo creo que podemos decir que la estrategia de que existan grandes y pasivos gametos frente a pequeños y móviles es una situación de estabilidad, o como se suele decir: es una situación o estrategia evolutivamente estable (EEE), ya que la selección penalizaría los gametos pequeños (poca reservas de nutrientes) y los grandes (poca movilidad), solo favorecería la diferenciación de tamaño, de forma que se establece un complemento de cualidades cuyo fin último es la unión y desarrollo.
Sin embargo, el sexo que apostó por los gametos grandes apostó con un gran inconveniente, la inversión posterior a la fecundación o inversión postgamética correrá a su cuenta, de hecho tooodas las hembras tienen en común este inconveniente que solventan o intentan paliar haciendo que el macho aporte como mínimo lo mismo que ella, así que muchos machos cuidan de la prole conjuntamente, dan regalos a las hembras (¿hay que recordar el curioso caso de la mantis religiosa?), u ofrecen territorios ricos en recursos arduamente defendidos de otros machos competidores. En la guerra de sexos dado que la hembra es la que más gasta, suele ser la más exigente a la hora de realizar el apareamiento.
Pero volvamos otra vez a la discoteca, siempre he sido de la opinión que en las discotecas son ellas las que eligen, por eso quizás las discotecas siempre me han parecido un lugar muy tenebroso donde poder sociabilizar con fines amorosos, sobre todo cuando recuerdo a toda aquella ingente masa de desbordados adolescentes (entre a los que quizas podía yo incluirme aunque me pese...) situados en esos puntos calientes de obligado paso para la féminas o alrededor de la pista con cubata y pitillo en mano atento a cualquier mirada insinuosa.
Un macho de avutarda durante su ritual de cortejo. Fotos: Carlos Palacín Pues bien algo muy, o casi extremadamente parecido ocurre con las avutardas (Otis tarda), las avutardas poseen unos sistemas de apareamientos denominados Leks, que básicamente es como nuestra discoteca, es decir, puntos concretos donde se reunen machos y hembras con el único objetivo de hacer una cópula ( o dos...!), en estos puntos calientes los machos se pavonean, lucen sus atributos y cualidades físicas y las hembras muy sosegadamente calibran, ojean, verifican y deciden...
Las razones de por qué existe este sistema de apareamiento es aún hoy objeto de numerosos debates, los machos no aportan en el lek ni recursos ni nada que la hembra pueda necesitar, además los machos no intervienen en el cuidado parental, únicamente aportan genes. ¿quién gana aquí en la guerra de sexos?
Para terminar, este precioso video