Aznar supura odio

JR Mora

El PP debería espetarle a José María Aznar aquella famosa frase que Juan Carlos le soltó a Hugo Chávez, porque cada vez que abre la boca sube el pan y baja la bolsa. Este señor, por llamarlo de alguna manera, no se da cuenta del daño que le hace a la imagen de su país (y a la suya propia) cada vez que se pasea con su ridículo inglés por el mundo despotricando del gobierno español. Que quiera él o no es el gobierno elegido democráticamente por los habitantes de su país. España.

Al parecer en Génova aún no se han dado cuenta de esto y le permiten ir pavoneándose melena al viento diciendo sandeces, tropelías y chalanerías varias carentes de sentido pero cargadas de maldad y malos sentimientos. Porque este señor tiene un rencor que aún no ha superado. El rencor del que se siente vencido. Aznar supura odio.

Las últimas ya han sido sacar los píes del tiesto. Todos sabemos que hay un álbum fotográfico de la vergüenza de los líderes occidentales con Gadafi, pero llamarlo “amigo de Occidente” en este momento es, por decir algo, un poco arriesgado. Al igual que no es nada beneficioso para ningún español que vaya echando pestes de la economía del país. Ya sabemos que la cosa está jodida pero no hace falta airear los trapos sucios en casa de su amigo George W. Bush, ese que le echó una manita para dar charlas por universidades americanas sin tener un gran dominio del inglés.

 Pues lo dicho, alguien debería decirle que se cortara un poco ya que el nivel de sus gritos anoche en Benalmadena sonaban a exaltación. Este señor no consigue otra cosa con sus comparecencias que crispar el ambiente y no creo que sea lo más conveniente. Qué bien nos hubiéramos quedado si al dejar la política se hubiera dedicado en exclusiva a sus abdominales y al pádel.