PARÏS (AFP) – El uso de cierto tipo de azúcar permitiría reemplazar al cianuro para extraer oro o para recuperarlo de elementos electrónicos desechados, por un precio módico y sin dañar el medio ambiente, según científicos que afirman haber descubierto casualmente esas sorprendentes propiedades de un derivado del almidón.
La industria minera recurre principalmente al cianuro, una sustancia sumamente tóxica, para disolver el oro y recuperarlo mediante filtración.
Así se extrae más del 80% del oro producido en todo el mundo, en procesos que suponen importantes riesgos medioambientales y para la salud humana en caso de derrames.
En febrero pasado, en una planta metalúrgica del norte de Japón se produjo un escape de cinco toneladas de residuos con cianuro de sodio, una cantidad suficiente para matar a 125.000 personas. Afortunadamente, la nieve absorbió gran parte de ese derrame.
“La eliminación del cianuro de la industria aurífera es de vital importancia para el medio ambiente. Nosotros hemos conseguido sustituir esas temibles sustancias por una materia barata, biológicamente inofensiva, derivada del algodón”, resumió Fraser Stoddart, un químico de la Northwestern University de Illinois (EEUU).
El equipo de Stoddart asegura que realizó ese descubrimiento de manera fortuita, tratando de producir en su laboratorio pequeñas estructuras cúbicas capaces de almacenar gases u otras moléculas.
Zhichang Liu, el principal autor del estudio publicado este martes en la revista Nature Communications, mezcló el contenido de dos tubos de ensayo, uno con alfa-ciclodextrina (un tipo de azúcar resultante de la degradación del almidón por una bacteria) y el otro con una solución que contenía oro.
De manera inesperada, minúsculas agujas se formaron rápidamente en la mezcla.
“Al principio me sentí decepcionado porque mi experimento no producía cubos, pero al ver las agujas quise saber más sobre su composición”, explicó el joven investigador en un comunicado divulgado por su universidad.
Las verificaciones revelaron que esas sorprendentes agujas eran complejos de iones de oro capturados por átomos, agua y ciclodextrina.
“Zhichang dio con una fórmula mágica para aislar el oro de cualquier otra cosa, de manera ecológica”, afirmó Fraser Stoddart.