Son muchos los factores que están relacionados con la aparición de los diferentes tipos de cánceres, pero en lo que coinciden todos es en el tipo de alimentación.
Desde hace muchas décadas, los investigadores se han centrado en averiguar cuál es la relación que existe entre el tipo de alimentación y el desarrollo del cáncer, y han llegado a la conclusión de que algunos alimentos pueden aumentar el riesgo de sufrir esta enfermedad.
Entre los principales alimentos relacionados con la aparición del cáncer encontramos la azúcar refinada, esa que está presente en la mayoría de hogares del mundo y que tanto nos provoca por su sabor.
El azúcar, un alimento del cáncer
De acuerdo con los investigadores de la Universidad de California, en San Francisco, la azúcar refinada representa un alto riesgo para la salud, a tal punto que debería ser considerada tan tóxica como el alcohol y el tabaco.
Varios estudios determinaron que el consumo frecuente de azúcar es la causa de más de 35 millones de muertes a nivel mundial cada año, pues además de estar altamente vinculada con la aparición de diabetes, también está relacionada con el desarrollo de otros problemas crónicos como el cáncer.
Entre los efectos nocivos del consumo de azúcar encontramos: diabetes, síndrome metabólico, hiper e hipoglucemia, reflujo gastroesofágico (ERGE) y enfermedad cardíaca.
En cuanto a su vínculo con el desarrollo de cáncer, el azúcar sigue siendo materia de investigación y gran cantidad de experimentos, que con el pasar de los años han podido sustentar que efectivamente hay una relación fuerte entre el desarrollo de cáncer y el consumo de azúcar.
En la comunidad médica convencional siempre se ha promovido la idea de que el vínculo entre el consumo de ciertos tipos de alimentos y el desarrollo de cáncer es “débil”, pues se considera que en esta relación no hay patrones médicos válidos.
Sin embargo, mientras se debate este tema, un gran número de científicos médicos y muchos médicos alternativos saben que para tratar el cáncer de una forma eficaz, segura y económica, es clave cortar el suministro de determinados alimentos que estimulan los tumores y las células cancerosas, como es el caso de la glucosa.
Esta estrategia terapéutica tiene como finalidad “matar de hambre” a los tumores mediante la modificación de la dieta, que es un punto clave para ganarle la batalla al cáncer.
Unos de los primeros en descubrir que el cáncer se alimenta de azúcares fueron los investigadores del instituto de Cáncer Huntsman en Utah.
En la investigación publicada en la revista Proceedings de la Academia Nacional de las Ciencias, se añadió que desde 1923 se ha sabido que las células tumorales necesitan mucha más glucosa que las células normales.
La investigación explica cómo se lleva a cabo este proceso y cómo puede regularse el consumo para controlar el crecimiento del tumor.
Por otro lado, una investigación del Dr. Thomas Graeber y sus colegas, publicada en 2012 en la revista Molecular Systems Biology, pudo demostrar que privar a las células cancerosas de glucosa activa conduce a la muerte de las mismas, debido a la acumulación tóxica de especies reactivas con el oxígeno.
El consumo de azúcares refinados está estrechamente vinculado con el cáncer, pues además de ser una de sus causas, también alimenta las células cancerosas cuando el paciente ya ha desarrollado esta enfermedad.
Estos hallazgos deberían tenerse muy en cuenta en los tratamientos contra el cáncer, pues posiblemente puedan ayudar a mejorar los resultados.
Cuando las células cancerosas logran establecerse en el organismo, dependen de la disponibilidad de glucosa estable para su energía.
Todas las personas pueden hacer algo por prevenir el cáncer y eliminar fácilmente culpables obvios como es el caso del consumo de azúcares refinadas.
Aunque está claro que la alimentación no es el único factor que puede desencadenar esta enfermedad, lo cierto es que desempeña un papel muy importante, aunque muchos consideren que no es así.
Cada uno de nosotros debe concienciarse del daño que le podemos hacer a nuestro cuerpo con el consumo excesivo de alimentos cancerígenos como la azúcar refinada, y considerar reducirla o eliminarla por completo de la dieta.
Recordemos que esta azúcar está presente en muchos de los alimentos que consumimos a diario: tortas, dulces, galletas, postres, algunos cereales, panes, o salsas, entre otros.
Fuente mejorconsalud.com