He de avisar a mis queridos lectores que he fracasado vilmente en la búsqueda del Gnomo de Zurich, pese a que un rumor de broker de la bolsa de Nueva York le situaba en Carabanchel, pero no se si me ha dicho la Calle Matalla de Torrijos o Batalla de Torrijos.
La diferencia no se crean que es baladí, toda vez que alguien confunde una b, de boludo, con una m, de mamón, y el efecto mariposa de la teoría del Caos se hace realidad, aunque con una variante algo más escatológica, porque mientras que en el original el aleteo de una mariposa se deja notar en forma de tsunami en la otra parte del mundo, una b mal puesta por una maquinita terminator en la bolsa de Nueva York hizo que las bolsas del planeta bajaran con el consiguiente efecto diarrea de los que siguen las bolsas como si fuera el Oráculo de Delfos.
Eso si, para compensar en vez de encontrar al Gnomo de Zurich he encontrado a Moratinos. Ha soltado sin anestesia y de forma solemne la petición de que “los ciudadanos asuman sus responsabilidades y propongan soluciones a la crisis“, y que “la Presidencia española de la Unión Europea (UE) persigue ofrecer los instrumentos para que la ciudadanía pueda ser más participativa“. Todo ello dicho así, tal cual y sin que se conozca si tal declaración fue antes o después del cóctel, por aquello de los eximentes, digo.
Porque si tal fuera el deseo, podían empezar por darle la palabra a los ciudadanos de forma que, por ejemplo, los ciudadanos griegos, hubieran podido tener la oportunidad de votar si querían hacer caso o no de las recetas del FMI. Y quien dice los griegos, dice los españoles, ante las reformas que nos van a implantar.
Claro que eso queda en la retórica, no vaya a ser. Porque cada vez que le dan la palabra a los pueblos, estos votan lo que no deben, (fíjate tu en los islandeses, por ejemplo), de ahí que haya que poner en marcha esos “instrumentos participativos” de los que habla y meterles, sin vaselina, hoy un tratado y mañana una reforma.
Eso si, por nuestro bien.
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