Olmeda Orígenes es una empresa dedicada a la exportación de productos de alimentación artesanos de origen español, son una plataforma estupenda para que se conozca lo mejor de nuestros productos más allá de nuestras fronteras, pero también para nosotros comprar productos estupendos.
Pero lo que más me gusta, y es la razón por la que he decidido colaborar con ellos, es por la sencillez y la calidad de sus productos.
Ya sabéis que pongo todo el alma en mi cocina, como en todo lo que hago. Y en Olmeda Orígenes tienen la misma filosofía, ellos dicen que sus productos son de pueblo, de la España rural, es decir, cosas buenas!!
En tiempos como éstos no está mal volver a los orígenes, a los alimentos bien hechos, cargados de sabor y de tradición. Y si ya me conocéis algunos... yo soy muy de orígenes, hay sabores y recetas marcadas en mi adn, y me encanta la frase con la que expresan su buen hacer: "Mi padre decía que el alma hay que buscarlo en el origen. Mi padre tenía razón"
Para la receta de hummus os dejo el enlace (pinchando aquí), es un fácil de hacer y como yo la llamo, es la receta de la felicidad.
(Para cuatro personas)
- 4 lomos de bacalao desalado
- 4 o 5 dientes de ajo
- 200 ml de aceite de oliva virgén (cubrir la sartén con un centímetro de aceite)
- Guindilla (una para el bacalao y otra para los garbanzos)
- 400 gr. de garbanzos (un bote de garbanzos ya cocidos, o puestos en remojo la noche anterior y hervidos)
- Un cebolla
El bacalao tiene que estar desalado, si lo hemos comprado en salazón, hay que meterlo minimo 24 horas antes en agua, y cambiarla cada dos o tres horas, y la noche entera.
1. Cubrimos la sartén con un dedo de aceite, freímos los ajos cortados y la guindilla picada. No hay que dejar que se queme, porque amargaría el aceite. Apartamos los ajos y las guindillas del aceite y reservamos.
2. En el aceite caliente, añadimos los lomos de bacalao, y dejamos que sude. Irá soltando su gelatina. Podemos mantener el aceite caliente con el mínimo de la temperatura de nuestra placa de inducción o vitrocerámica. Una vez que haya soltado la gelatina, apartado de éste aceite.
El secreto de un pil pil, es que el aceite tiene que emulsionar con una grasa, que en este caso es la gelatina del bacalao.
3. Con un colador (el de colar la leche), vamos "meneando" el aceite, es decir vamos mezclando bien el aceite, ya veréis que color amarillo coje, queda cremoso y delicioso.
4. Cocinamos el bacalao unos minutos (para que no esté crudo), añadimos el pil pil, y los ajos y las guindillas que teniamos reservadas.
5. Mientras el bacalao suda, en un sartén añadimos un dedo de aceite de oliva y una cebolla picada con una guindilla.
Cuando la cebolla empiece a estar transparente, añadimos lo garbanzos, subimos la temperatura, tapamos la sartén con una tapadera y freímos los garbanzos hasta que estén dorados. Hay que mover de vez en cuando para que no se peguen. Entre 5 y 10 minutos, estarán listos.