En sus inicios, las técnicas de los bailes de salón se enseñaban de padres a hijos. Llegaron a tener un impacto social muy grande y se crearon salas específicas donde la gente se divertía bailando. Estas salas disponían de un suelo específicamente preparado y magníficas orquestas que tocaban las canciones en directo.

Durante muchas décadas los bailes de salón tuvieron un sentido especialmente lúdico y de diversión, pero a lo largo de los años empezaron surgir bailarines tan sofisticados que se crearon concursos y competiciones, así como profesionales del baile.
Más adelante, a causa de la creciente profesionalización, los bailes de salón aumentaron su dificultad, por lo que había que tener una excelente forma física para practicarlos a ese nivel. En los últimos años, también son una manera de ponerse en forma. muchos gimnasios profesionales los tienen para ofertar clases a sus clientes.
Los bailes de salón más reconocidos y espectaculares son el tango argentino, el cha-cha-cha, el fox trot, la salsa y el mambo. El pasodoble, la rumba y el chotis son los bailes de salón españoles más populares.
Muchas personas de la tercera edad practican bailes de salón en academias para mantener su cuerpo bien engrasado y fluido en su funcionamiento
