Pelis de tiburones se han hecho muchas. Bueno, también de cocodrilos. Y de arañas. Y de… Bueno que se han hecho muchas y punto. Algunas merecen la pena y llegan a hacernos pasar un rato entretenido, mientras que otras destilan un tufillo demasiado pestilente como para invertir nuestros minutos en ellas.
Voy a ubicarme mejor. Tiburón de Steven Spielberg es la punta de lanza en cuanto a películas de tiburones (aparte de una grandísima película -no digo obra maestra por no seguir destrozando ese término, tan mal usado en estos tiempos que corren-, aunque lo pienso). Luego hay otras como Deep Blue Sea que nos hacen esbozar más de una sonrisa. ¿Tiburones modificados genéticamente? Joer. ¿Y lo del cambio de tamaño como lo explican? Porque a veces parecían meros escualos y otras ríete tú del Gigante de los Guisantes Verdes en cuanto a dimensiones. Me lo pasé bomba. Y lo hice porque ni el mismo director se la tomaba muy en serio.
Luego hay otras donde dichos bichejos (aunque no sean realmente bichos) no llegan a tener un protagonismo excesivo, aunque sí importante. Véase Open Water o The Reef. Y luego estan esas tonterías donde el Tiburón canta demasiado a efecto digital y ni la propia productora quiera hacer otra cosa que divertirse, sabiendo que su estado natural será el de la estantería del videoclub o el de la compra de alguna televisión en forma de paquetes conjuntos de películas (de las baratas que conste).
Bait 3D lleva consigo precisamente lo que vemos en el título. Las tan cansinas tres dimensiones. Que digo yo que algún día llegarán a cansar al personal y tendrán dos dedos de frente a la hora de pagar unos eurillos de más por algo que no merece la pena en el 99 por ciento de los casos.
Aquí intentan dar un pequeño giro al asunto. Los depredadores más letales del mundo submarino (ríete tú del Rey Truchón o de Nemo, El Asesino de Baker Street) acaban en un… supermercado. Yo los habría metido en la isla de Supervivientes de Tele 5. Al menos habríamos visto algo de silicona sanguinolenta, alguna pierna amputada a bocados y a Jorge Javier Vázquez diciéndole al Tiburón: “Espera, espera. NO sigas mordiendo a Kiko Rivera. En tres minutos volvemos. En sólo tres minutos”. Pero de sueños vive el hombre. En cambio tendremos a unos jovenzuelos y jovenzuelas luchando por su vida e intentando dejar de ser la típica carne enrollada para esos monstruitos de ojos negros y cara de pocos amigos (aunque se rumorea que los delfines son más cabroncetes de lo que suponíamos. Aunque con esa sonrisilla nos han engañado durante siglos. Los muy pillines).
Ya veremos si la película llega a ser un divertimento o un sopor. Visto el trailer apostaría más por lo primero que por lo segundo. Aunque hace tiempo ví Piraña 3D y habría rebajado su duración a unos escuetos 30 minutos. Esperemos que no sea el caso.
La película está dirigida por Russell Mulcahy (Los Inmortales) y Kimble Rendall. Se ve que un director no podía con tan ardua tarea, ¡pardiez!
Trailer