Uno de los problemas que causa la baja producción de leche materna es la hipogalactia, un problema glandular que impide que se pueda amamantar y satisfacer la demanda de leche del bebé, de ello ya hemos hablado anteriormente, pero hoy queremos ampliar un poco más la información hablando sobre las diferentes causas que provocan la hipogalactia.
Una reducida producción de leche materna puede deberse a una alteración de la glándula tiroides, las madres que han sufrido problemas de tiroides antes o durante el embarazo deben controlar los niveles hormonales, ya que pueden ser causa de la limitada producción de leche. En el caso de que exista alteración hormonal, hay medicación compatible que puede normalizar la producción de leche. Las mujeres con SOP (síndrome de ovario poliquístico), problema del que hablábamos recientemente en el post Desayuno calórico para mejorar la fertilidad, también pueden tener problemas para poder producir la cantidad de leche que necesita el bebé. En este caso, los especialistas prescriben unos fármacos durante el embarazo y al inicio de la lactancia que logran regularizar los niveles de leche para poder amamantar al bebé.
La mayoría de las mujeres pueden amamantar a sus hijos, salvo en algunos casos en los que las mamas sufren agalactia, una ausencia total de la secreción de leche materna asociada al síndrome de Sheehan o infarto de la glándula pituitaria producido por una hemorragia postparto o anterior. En consecuencia, no se produce la leche suficiente y el tratamiento es complicado.
Los problemas de peso, ya sea por exceso o por defecto, también afectan a la producción de leche materna, haber padecido anorexia puede provocar una reducción significativa del volumen de tejido mamario y por tanto reducción en la producción. En el caso contrario, padecer obesidad mórbida puede provocar un retraso en la producción de leche, retraso que supera las 24-48 horas habituales, al respecto os recomendamos retomar la lectura del post La delgadez extrema y la obesidad son factores de riesgo durante el embarazo.
La retención de la placenta es otro motivo por el que puede paralizarse la producción de leche, generalmente ésta empieza con la separación de la placenta del útero, si queda algún resto en el útero, la leche no empieza a producirse hasta pasados unos 7 días tras el parto. En este caso el problema tiene fácil solución, mediante una ecografía se pueden detectar los restos de placenta que todavía se encuentren en el útero y eliminarlos.
La hipoplasia mamaria es otra de las causas que impiden la lactancia materna, los pechos no se han desarrollado y tienen poco tejido y poca glándula. Finalmente, otra causa a citar es la cirugía reductora de pecho, este tipo de cirugía provoca problemas en la producción de leche. Existen algunas causas más de las que hablaremos posteriormente, en muchos casos existen soluciones, por ello siempre es recomendable consultar al especialista antes del parto para descartar cualquiera de los problemas mencionados.
Foto | Sanutri
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Baja producción de leche materna