Revista Salud y Bienestar
Muchos médicos estamos en las nubes. Pasamos mucho tiempo inmersos en alta contemplación, investigando, leyendo, buscando evidencias científicas. Hace unos días visitando a un familiar en un hospital de Madrid vi pasar al jefe de servicio seguido por dos adjuntos, cuatro residentes y seis estudiantes. Les aseguro que algunos de ellos caminaban a un metro del suelo...
Si la ciencia nos separa del suelo, de la gente, lo estamos haciendo mal. Si las estructuras sanitarias impiden el verdadero contacto, la verdadera compresión del paciente, nos habremos equivocado.
Cuando mis pacientes ven que dedico un tercio de mi tiempo a hacer vales descuento para recetas o cualquier otro trámite administrativo se dan cuenta de que esto no está bien, ¿eso no lo podría hacer otro? preguntan. Cuando me dedico a esas actividades dejo de mirarles, me separo de ellos, me voy de alguna forma abducido por el ordenador.
Sigue habiendo muchas escaleras y barreras. Las principales dentro de cada una de nuestras cabezas, algunas fuera.
En Madrid la receta electrónica es una de las promesas a la ciudadanía incluidas en el programa electoral del gobierno actual. Se han vuelto a transguedir todos los plazos. Esto en una empresa privada habría puesto en la calle a los responsables. No puedo evitar hacer la reflexión de si quizá con los vientos privatizadores imperantes no habría que empezar privatizando los cargos intermedios y de administración de la Consejería de Sanidad.
Tratar cada dia de empezar por el principio, ser lo más profesional posible, trabajar las propias barreras y deficiencias y tratar de mejorar las de la organización es un reto que no cesa. No perder la ilusión de que es posible, de que tiene sentido es una misión necesaria. Qué difícil nos lo suelen poner...