[6/10] El dolor-enfermedad y el enamoramiento han sido siempre los ingredientes predilectos del drama más intenso y conmovedor, de las historias que quieren atrapar al espectador en sus emociones, de los intentos por traspasar el umbral de lo terreno para andar por caminos de eternidad. En “Bajo la misma estrella” se dan cita ambos sentimientos con la historia de dos jóvenes, Hazel y Gus, que se conocen en una reunión de apoyo para enfermos de cáncer… y que se enamoraron a primera vista para después fraguar una fidelidad con un sencillo “¡vale!”. La película de Josh Boone da al espectador lo que éste quiere recibir, ni más ni menos: un tierno sentimiento en el amor y en el dolor, unas palabras de consuelo y autoestima, y unos cuantos momentos para la lágrima más reconfortante. No lo digo en un sentido negativo ni despectivo, porque es una de esas historias que, de vez en cuando, a todos nos gusta ver y que tanto bien nos hacen… porque nos ayudan a sentirnos más humanos.
Por eso, podemos decir que en esta película hay mucha trampa emocional sostenida por todos los artificios del cine, pero que a la vez no hay engaño alguno ni defrauda a nadie que saque una entrada para verla. Desde el tópico más universal y verdadero, nos convencemos de que el dolor vivido con amor es menos dolor…, que por muy pequeño que sea ese tiempo de los enamorados porque la muerte o la separación llega… es infinito y merece la pena vivirlo, que basta con importarle a alguien -al amigo, novi@ o familia- para que el olvido se esfume y carezca de entidad. No importa que ya lo sepamos porque lo bueno es que en la butaca lo volvemos a sentir, y ese sentimiento hace que el corazón se esponje y se llene de tantos buenos deseos.
“Bajo la misma estrella” no es una película para hablar del lenguaje cinematográfico o de su carga metafórica, porque todo en ella es explícito y evidente, sencillo y directo al corazón, pero lo hace con un guión bien construido y una narrativa fresca, con una convincente interpretación de Shailene Woodley en un papel que parece hecho a su medida. En la cinta hay un poco de cáncer -el aspecto de los protagonistas nunca habla de él- y mucho de enamoramiento adolescente: Hazel y Gus son dos jóvenes que ven truncados sus sueños y que intentan ponerle buena cara, con algún que otro pensamiento existencial y trascendente… pero poco más. Al principio, sus horizontes no van más allá de saber cómo termina una historia de ficción que han leído (“Un dolor imperial”)… para más tarde terminar descubriendo a Ana Frank y entonces mirar de frente a la vida real.
En la primera secuencia, la voz en off de Hazel nos dice que va a contarnos su historia y que hubiera preferido darle un cariz de película americana y final feliz, pero que la realidad no es así y que, por tanto, nos dará la otra versión. No es verdad porque, a pesar del desenlace, todo lo que se nos cuenta está suavizado por el toque del amor… y resulta hasta placentero y agradable ese sacrificio lleno de romanticismo. El personaje de Gus apenas evoluciona y el de Hazel madura algo pero es siempre complaciente… Sin embargo, nada de eso importa porque la cosa funciona y el espectador disfruta de una visión esperanzada y positiva del sufrimiento… eterno como el amor, humano como la película.
Calificación: 6/10
311En las imágenes: Fotogramas de “Bajo la misma estrella” (Thefault in ourstars), película distribuida en España por Hispano Foxfilm © 2014 Temple Hill Entertainment. Todos los derechos reservados.
Publicado el 9 julio, 2014 | Categoría: 6/10, Año 2014, Críticas, Drama, Hollywood, Romance
Etiquetas: adolescencia, amor, Bajo la misma estrella, enfermedad, Josh Boone, Shailene Woodley