Muchas han sido las veces en que la ficción, ya sea a través del melodrama, la comedia o la animación, busca transmitirnos esa bella y valiosa etapa que es la maternidad, que nos busca enseñar todo lo que una madre hace y sacrifica por sus hijos pero ¿Y que pasa con los padres? ¿Acaso la paternidad no requiere también valor y coraje? Bueno, pues afortunadamente para nosotros, Mamoru Hosoda tiene algo que decir al respecto y a través de la fantasía, pieles y garras y un encuentro fortuito entre un hijo abandonado y un padre improbable, es que conoceremos el significado de paternidad en la obra de hoy: Bakemono no Ko.
|Otros titulos: El niño y la Bestia, The Boy and the Beast|
|Director: Mamoru Hosoda|
|Acción, Aventura, Drama, Fantasía, Comedia, Supernatural|
La historia se desarrolla en el reino humano (barrio de Shibuya en Tokio) y el reino de bakemono ("Shibutenmachi"). En estos dos mundos que no deben cruzarse, vive un niño solitario y un bakemono solitario. Un día, el niño se pierde en el mundo bakemono, se convierte en discípulo del bakemono Kumatetsu y pasa a llamarse Kyuuta.
Bakemono no Ko, también llamada El niño y la Bestia en Latino América, es una película estrenada en 2015 bajo la dirección del aclamado Mamoru Hosoda (Wolf Children, The Girl who leapt throught the time). La producción corrió a cargo del estudio del propio Hosoda: Estudio Chizu, por lo cual el control y detalle puestos al filme son máximos. La película cuenta con una duración de casi 2 horas y sirvió como fuente para su manga homónimo y para una novela ligera también homónima. Dentro del staff podemos encontrar al propio Hosoda en la dirección, guion y screenplay, Takashi Omori, Yohei Takamatsu y Youichi Nishikawa al frente de la dirección de arte, Kyoko Kitahara (Mirai, Children of the sea) en la producción musical y a Osamu Mikasa (Dororo, Kiznaiver) en el diseño de color, solo por mencionar a los principales.
La historia de Bakemono nos lleva tras los pasos de Ren, un pequeño de 9 años que recientemente ha perdido a su madre fallecida, además su padre está desaparecido y el futuro del pequeño pasa por vivir con parientes cercanos. La cosa es que Ren no está mucho por la labor de vivir así y es por ello que escapa y comienza a pasar tiempo en las calles de Japón. Sin embargo, esto no dura mucho pues al poco tiempo encontrará una peculiar criatura peluda y blanca que se convierte en la mascota del niño. Y las cosas se pondrán aún más locas cuando Ren, movido por la curiosidad, siga el camino de 2 extraños individuos que han de guiarlo hasta un improbable destino: El mundo de las bestias. Más aún, uno de esos extraños resulta ser un enorme y malhumorado oso que, por locura o desesperación (o quizá ambas) terminará ofreciendole al pequeño humano volverlo su aprendiz... Y será así, en un lugar desconocido y donde los dioses existen, que el día a día entre el maestro bestia Kumatetsu y su aprendiz, el rebelde niño humano (ahora renombrado como Kyuuta) de comienzo...
De un mundo fantástico, coraje y crecimiento...
Así pues, la película nos va mostrando el día a día de esta nueva y peculiar "familia" en la que además del chico y su maestro, estarán presentes el mono Tatara, quien es el lado acido del grupo y el monje cerdo Hyakushuubou, quien es el tranquilo y sabio. Pero volviendo a nuestros 2 sujetos, por un lado tenemos al pequeño Kyuuta quien, lejos de estar de acuerdo con la idea de ser tomado como aprendiz, mostrará a cada momento su disconformidad y rebeldía hacia su "maestro"; por el otro estará Kumatetsu y su poca (casi nula) tolerancia al parloteo de su alumno, siendo alguien casi tan infantil e irresponsable como él. Contrapuntos en un principio pero que de a poco se irán aceptando gracias a la línea de superación conjunta que nos propone Hosoda, la película nos muestra durante su primera mitad la forma en que estos se relacionan, dándonos además otros detalles del mundo en el que viven: Aquí solo habitan bestias y estas pueden llegar, tras muchos años de entrenamiento y de ser elegidos como "gran maestro" a convertirse en dioses. Y precisamente debido a esto, es que se busca un sucesor para el actual líder, teniendo entre los candidatos a un Kumatetsu que no solo es rechazado por su nuevo alumno sino también por el resto de habitantes bestia, teniendo así un obvio paralelismo al caso de Kyuuta y su familia, lo cual permite que tengamos el principal punto conector entre ambos: la necesidad que tienen por demostrar su valía y, en una forma más intrínseca, probarse a si mismos que su existencia tiene un por que.
Claro esta, esto no será tan fácil y como ya mencione ambos serán un dolor de cabeza mutuo, teniendo constantes peleas y malentendidos entre ambos y dando esa ya conocida dinámica de "enemigos de inicio, amigos al final" que aquí sirve para aportar tanto secuencias cómicas, como también pequeños puntos de encuentro entre ambos. Y es que, en Bakemono no ko, al contario que en Wolf Children, el caos y las diferencias iniciales serán aquello que detone el posterior acercamiento. Así, tendremos por un lado la necesidad de afecto de Kyuuta y por el otro la falta de tacto de su maestro, siendo que tanto uno como otro se deberán abrir y adaptarse entre sí con el objetivo de también ser aceptados por los demás. Lo anterior por supuesto, nos irá dando una incipiente relación fraternal además de mucho entrenamiento a lo karate kid, discusiones sin sentido y variadas situaciones familiares conforme se van entendiendo más y más y Kyuuta va creciendo...
De tal padre, tal hijo
Y es precisamente en dicho acercamiento donde descansará el eje argumentativo de la película: en el tema de la Paternidad. Porque si en Wolf Children Hosoda apuesta por narrarnos la ternura y el viaje lleno de valentía que significa ser madre, en El niño y la bestia nos pasamos al otro lado y ahora retratamos la relación entre un padre del todo inexperto y de un hijo del todo inesperado y, tal como cabría esperar, la relación entre ambos es todo menos perfecta. Y es que ¿Acaso hay un padre perfecto? ¿Realmente existe una relación paternal libre de conflictos? Bueno pues la película retrata esto a través de sus claro oscuros y tomando como base de despegue la propia naturaleza de sus protagonistas: El arrebato del oso y la rebeldía del humano para mostrar elementos como a Kyuuta negándose a entrenar, Kumatetsu tratando de obligarlo; uno corriendo de las órdenes del otro mientras que el "mayor" se enoja cual niño. Más desencantos y desacuerdos que, sin embargo, sirven para dar el siguiente paso e ir involucrando a los dos a través de sus puntos en común: el miedo a la soledad, el aislamiento al que han sido empujados y sobre todo, la determinación de salir adelante por cuenta propia, haciendo que Kyuuta se dé cuenta que su maestro no es en realidad tan flojo y que Kumatetsu aprenda en cambio, que su alumno tiene más parecido a el de lo que pensaba. Voluntad, coraje y respeto así como admiración... Elementos que contrario a la maternidad, son más acentuados y quizá difíciles de aceptar entre un padre y un hijo, siendo que es mucho más difícil que aquí se expresen los sentimientos de manera directa.
Y a partir de aquí, como ya mencioné más arriba, la cosa cambia y entonces no solo se muestran los altibajos de su relación sino también la forma en que uno va influyendo en el otro, haciendo que no solo sea "De tal padre tal hijo" sino también un poco de "De tal hijo tal padre", dando paso a una nueva etapa de reconocimiento para ambos (tanto como familia como ante los demás). Tristemente, esto se ve cortado y no reforzado cuando al chico le entra por regresar a su mundo original, y la película se abandona a sí misma... Y es que he de decir que pese a la facilidad de Hosoda para tratar con tacto este tipo de historias, aquí se nota algo poco visto en su obra: el abuso de fantasía y elementos innecesarios para potenciar la trama siendo que, pese a darnos casi una hora de emoción y crecimiento de sus protagonistas, al final termina apostando por introducir elementos externos como conflicto para la historia. Esto se soluciona sí, pero de forma un poco apresurada y que termina por minimizar la construcción previa en aras de una "batalla final" entre un villano poco presente y un dúo alumno/maestro que nunca termina por convertirse en un dúo padre/hijo al 100%, haciendo de Bakemono no Ko algo que si bien mantiene la esencia de la relación que busca retratar, pierde mucho de sí al querer revolver aquello con la fantasía heroica en vez de continuar con las bases construidas en su primer mitad...
En cuanto al trabajo de animación, Bakemono no Ko es junto a Summer Wars y Belle , la apuesta más fuerte de Hosoda por retratar y crear nuevos mundos. Teniendo como base el lado humano, el director y compañía logran extrapolar esa cotidianidad y mezclarla con la fantasía del mundo de las bestias, llenándolo de escenarios repletos de color, detalles por aquí y por allá en sus planos abiertos y sobre todo, un elemento a estas alturas ya conocido en sus obras: el diseño y uso de multitudes para dar amplitud a las secuencias importantes, logrando tener una gran variedad de diseños y de criaturas. Especial mención para la secuencia de viaje al conocer a los maestros, siendo la perfecta mezcla entre fondos llenos de detalle y color por sobre las sombras y de personajes que potencian la idea que buscan dar a través de sus diseños. Y si bien esto puede ser más estética que movimiento, las secuencias de acción no se quedan atrás y consiguen una gran fluidez así como un gran nivel de expresiones faciales, principalmente en los casos de Kumatetsu y de Kyuuta. En definitiva un gran trabajo (como todo Hosoda) que además nos entrega elementos marca del director como lo son el uso de ballenas o la continuación a los seres antropomórficos o secuencias largas enfocadas en transmitir el paso del tiempo (las escenas de entrenamiento)...
Pasando al apartado sonoro, tenemos un trabajo cortesía de Masakatsu Takagi quien nos entrega una gran variedad (casi 30 piezas) de temas llenos de ritmo y energía, apostando por escalas tan variadas como las cuerdas y tambores de orquesta para los momentos alegres o de acción, hasta otras mucho más suaves e intimas como "Pupil" para las escenas de acercamiento y añoranza. Un trabajo que potencia su esencia de acción y aventura al tiempo en que conforta y se vuelve un sutil acompañante en los momentos finales... Temas como "Stray Boy", la rítmica"The Beast Sinfonia" la emocionante "Wondeful Adventures" o la vertiginosa"Numerous Vortexes" son la base perfecta para las más sentimentales"Awaken Hill" con su bello piano, "My Name" y la genialmente sobrecogedora "A sword in your soul". Lugar aparte merece el tema de cierre"Starting Over" de Mr. Children, el cual, aunque algo menor al resto del OST sí que logra un buen cierre para la historia y lo que busca contar...
Tomando el camino opuesto a la bella Wolf Children, Bakemono no Ko es dinámica , cómica y (a su manera) una ventana a las relaciones a veces tensas y a veces simples pero no menos profundas entre un padre y un hijo . Una historia que toma a sus personajes y los lleva a través de la superación conjunta como base para su relación. No hay lágrimas, hay acción, hay desencuentros y sin embargo al final también hay reminiscencias sobre lo que es la paternidad. Añadámosle eso a un mundo lleno de detalle y color y un apartado sonoro muy efectivo y tenemos una película que, si bien siento que falla al transmitir su sentir y más aún en hilvanar la historia con el tacto típico de Hosoda, al menos también significa el avance en muchos otros aspectos de su narrativa (y el abordaje particular que tiene para con las relaciones familiares)... Ojala hubiese sido un poco más fiel a sí misma y a sus primeros compases.