Estas "Baldosas que cantan" más bien parecen un nuevo truco promocional del actual gobierno con vistas a las próximas elecciones (Encabezó el acto el temible trío Macri-Larreta-Lombardi) pero eso es lo de menos: Ferrer es merecedor de cualquier homenaje sólo por haber compuesto "Balada para un Loco" junto al maestro Astor Piazzolla.
Esa canción fué el inicio de la eterna polémica sobre la música de Piazzolla, y provocó un gran despelote la noche de su estreno en el Luna Park el 16 de Noviembre de 1969, dividiendo al público entre los que aceptaban la propuesta y los más conservadores que decían que "eso no era Tango"...
"Balada para un Loco" es un hito en la carrera de Astor Piazzolla, Horacio Ferrer, y el Tango Argentino en general.
La interpretaron (e interpretan) infinidad de músicos y cantantes, pero se convirtió especialmente en un clásico de Amelita Baltar (que cantó la versión original), y de Roberto Goyeneche que la grabó al poco tiempo.
"Balada Para Un Loco"
Las tardecitas de Buenos Aires tiene ese qué sé yo, ¿viste?
Salgo de casa por Arenales, lo de siempre en la calle y en mí,
cuando de repente, detrás de ese árbol, se aparece él,
mezcla rara de penúltimo linyera y de primer polizonte
en el viaje a Venus. Medio melón en la cabeza,
las rayas de la camisa pintadas en la piel,
dos medias suelas clavadas en los pies,
y una banderita de taxi libre en cada mano... Ja...ja...ja...ja...
Parece que sólo yo lo veo, porque él pasa entre la gente
y los maniquíes me guiñan, los semáforos me dan tres luces celestes
y las naranjas del frutero de la esquina me tiran azahares,
y así, medio bailando, medio volando,
se saca el melón, me saluda, me regala una banderita
y me dice adiós.
Ya sé que estoy piantao, piantao, piantao,
no ves que va la luna rodando por Callao
y un coro de astronautas y niños con un vals
me baila alrededor...
Ya sé que estoy piantao, piantao, piantao,
yo miro a Buenos Aires del nido de un gorrión;
y a vos te vi tan triste; vení, volá, sentí,
el loco berretín que tengo para vos.
Loco, loco, loco, cuando anochezca en tu porteña soledad,
por la ribera de tu sábana vendré, con un poema
y un trombón, a desvelar tu corazón.
Loco, loco, loco, como un acróbata demente saltaré,
sobre el abismo de tu escote hasta sentir
que enloquecí tu corazón de libertad, ya vas a ver.
Y así el loco me convida a andar
en su ilusión súper-sport,
y vamos a correr por las cornisas
con una golondrina por motor.
De Vieytes nos aplauden: Viva, viva...
los locos que inventaron el amor;
y un ángel y un soldado y una niña
nos dan un valsecito bailador.
Nos sale a saludar la gente linda
y el loco, pero tuyo, qué sé yo, loco mío,
provoca campanarios con su risa
y al fin, me mira y canta a media voz:
Quereme así, piantao, piantao, piantao...
trepate a esta ternura de loco que hay en mí,
ponete esta peluca de alondra y volá, volá conmigo ya:
vení, quereme así piantao, piantao, piantao,
abrite los amores que vamos a intentar
la trágica locura total de revivir,
vení, volá, vení, tra...lala...lara...