Siempre me han encantado los perfumes que son tu tarjeta de visita, el que avisa que llegas, Bambú no es de esos, pero al probarlo empieza a salir un aroma fresco, interesante, casi desbordante de notas verdes ... y empezó a cambiar rápidamente, se empezó a convertir en un perfume con tintes exóticos, algo frutal pero mantenía el puntito verde del inicio, infinitamente más bajo pero se apreciaban sus notas y tal vez alguna flor que no conseguí identificar. Alrededor de los 15 minutos era un perfume suave, amaderado, con alguna especia y sin un sexo definido, podría pasar por un unisex.
Siguió su camino en mi muñeca como un perfume amaderado, suave, con alguna nota verde y la tristeza de ver como la promesa del cartón porta-viales quedó vacía. Te la reproduzco: "Fuerza, delicadeza y feminidad unidos en una misma esencia.
La verdad es que con ese nombre me imaginaba como primer plato de unos osos panda, pero estoy segura de que me lo pongo en un zoo delante de ellos y no me hacen ni caso ... me siento defraudada, la frescura voló en nada, el perfume se estabiliza con unas notas verdes, especias y madera y todo ello tienes que apreciarlo apoyando la nariz en la muñeca, nada de tener un mínimo de 2-3 cms.
Hay una versión de Bambú EDT, Adolfo Domínguez Agua de Bambú EDT con los siguientes ingredientes:
Los perfumes de Adolfo Domínguez los hace Puig y suelen tener precios asequibles, con lo que pienso que alguien que busca un perfume discreto, puede usar este tranquilamente que no va a resultar molesto a tus compañeros de oficina. Para mí es un perfume para ir a trabajar, para verano, para esos días de calor en los que si te pones una fragancia embriagadora acabas odiándola y con dolor de cabeza, Bambú no provocaría eso nunca.