Siempre me ha impresionado la capacidad que tiene la música para transmitir sensaciones sin necesidad de palabras o gestos. A menudo se nos olvida que el de los sentimientos no es un campo reservado para la pluma, la voz o la imagen. Ya estaban ahí antes de que alguien pudiera describirlos y ya eran evocados con melodías mucho antes de que alguien ideara un código para poder expresarlos. En el mundo del cine todos esos canales de transmisión se fusionan para, de vez en cuando, legarnos piezas que cautivan por su equilibrio y armonía. Tal es el caso de Memorias de África (Sydney Pollack, 1985) y de la partitura de John Barry.
"Yo tenía una granja en África a los pies de las colinas de Ngong..."
Tras un breve prólogo que establece las premisas del film, esta memorable frase de boca de Meryl Streep anuncia el comienzo de la música. Con una locomotora en pantalla atravesando la sabana africana a paso ligero, irremediablemente hacia adelante, como el tiempo, el compositor inglés nos transporta al campo de los recuerdos con esa melodía embriagadora que servirá de base para el resto de piezas de la banda sonora. Barry nos guía hacia ese terreno seguro y cálido de la memoria, si no por precisa, si por permanente, omnipresente e inamovible. John Barry nos habla de la felicidad, de su fragilidad y fugacidad, de la melancolía que ello genera. Nos cuenta cómo ésta se nos revela mejor con el paso del tiempo y cómo su posesión y asimilación en el presente se hacen casi imposibles. Esa certeza de haber sido feliz y su conexión atemporal con el recuerdo es más pura pero también más amarga. Eso es la nostalgia, la certeza presente de haber sido feliz en algún lugar del pasado. Y eso es la banda sonora de esta película, no una definición de la nostalgia, sino la propia nostalgia sonando.
La música de Barry te sumerge en ese vasto océano y lo escruta con meticulosidad hasta recovecos que la palabra no alcanza. Asienta la melodía sobre un potente uso de instrumentos de cuerda que ponen los pelos como escarpias, genialmente secundados por piezas de viento que serenan la intensidad y nos traen la calma, a veces para dejarnos reposar, otras como interludio entre tormentas.
El ganador de 5 Oscars, que se abrió paso en la industria cinematográfica poniéndole música a las películas de James Bond, cuenta con más de 80 partituras para la gran pantalla, algunas tan legendarias como El león en invierno, Bailando con lobos, Cowboy de medianoche o Cotton Club. La obra de un compositor para cine, su éxito y reconocimiento dependen, a menudo, de la calidad del film para el que se conciben. Esa confluencia de materiales de categoría en ambas esferas no es tan común como nos gustaría, pero sirve para separar lo extraordinario de lo aceptable y para encumbrar lo que merece ser encumbrado.Por delicias como ésta, Barry descansa en el Olimpo de los dioses junto a genios de la talla de Morricone, Bernstein, Jarre, Rota o Tiomkim.
He pasado años compartiendo siestas con esta joya. Te deja como nuevo, Msabu.
"Yo tenía una melodía en la cabeza..."
Soundtrack completo
1. Main Title (I Had A Farm In Africa)2. I'm Better At Hello (Karen's Theme I)3. Have You Got A Story For Me?4. W. A. Mozart - Concerto For Clarinet And Orchestra In A (K. 622)5. Safari6. Karen's Journey / Siyawe7. Flying Over Africa8. I Had A Compass From Deny's (Karen's Theme II)9. Alone On The Farm10. Let The Rest Of The World Go By11. If I Know A Song Of Africa (Karen's Theme III)12. End Title (You Are Karen)13. Melissa Manchester; Al Jarreau - The Music Of Good Bye (Love Theme)