Revista Opinión
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La crisis económica ha deteriorado mucho la imagen de los bancos. Pero Banesto ha visto una oportunidad de pescar en río revuelto y, a la vez que ha rediseñado un poco su imagen corporativa, lanza una campaña publicitaria ambiciosa: "Banesto: como debería ser un banco".
El spot de la campaña comienza afirmando que "últimamente no has escuchado hablar mucho de nosotros, y eso está bien" para terminar desligándose de los bancos-casinos y demás especulaciones financieras que han hecho famosas a las entidades bancarias en estos últimos años.
Sin embargo, no deja de ser curioso que Banesto se defina ahora como un banco "discreto, reservado y moderado". Sin duda, quieren borrar de la memoria colectiva una de las historias más rocambolescas del mundo bancario:
El Banco Español de Crédito (Banesto) fue intervenido por el Banco de España en 1993, tras descubrirse un agujero en su caja de más de 600.000 millones de pesetas de las de entonces. Detrás estaba el agresivo empresario Mario Conde, que antes había vendido los Laboratorios Abelló a la multinacional Merck Sharp and Dohma por 2.700 millones de pesetas. La importante comisión que se embolsó en aquella operación le sirvió para comenzar a realizar su propio camino empresarial y a terminar introduciéndose en el negocio bancario. Y de ahí a vicepresidente de Banesto en 1987.
Por entonces el banco tenía un desfase contable de 100.000 millones de pesetas, pero Mario Conde apareció ante los medios como el gran salvador del banco. Sin embargo, la popularidad de Mario Conde escondía un agujero patrimonial que terminó siendo seis veces mayor.
Al final fue el Banco Santander es que salió ganando, tras comprar Banesto y colocar, en 2002, a la hija de Botín, Ana Patricia Botín, como presidenta de la entidad. Como suele ocurrir en estas historias, las puertas giratorias publico/privadas funcionaron y el gobernador del Banco de España que intervino Banesto, Luis Ángel Rojo, terminó siendo consejero del Grupo Santander.
En todo caso, tras 12 años de actividad sin mucho ajetreo publicitario, no queda claro si Banesto podrá ser el banco discreto al que aspira, pues en los años de bonanza económica utilizó las mismas herramientas que el resto y su exposición al mercado inmobiliario es enorme: hace unas semanas, por ejemplo, los analistas de Goldman Sachs estimaban que Banesto entraría en pérdidas este mismo año para poder cumplir con los Reales Decretos sobre saneamiento del ladrillo.
Ya no hay vuelta atrás. La crisis ha mostrado a la ciudadanía que los grandes bancos son lo que son, y también ha demostrado que ya hay alternativas: se llama Banca Ética y no tiene pasado oscuro que tapar.
ConsumeHastaMorir
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