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Banfield: Cuando a un proyecto se lo comen las ‘polillas’

Publicado el 28 febrero 2012 por Marianofusco

Banfield: Cuando a un proyecto se lo comen las ‘polillas’

¿Cuántas cosas pueden cambiar en cuatro partidos? Quizás las mismas que en uno solo o en un torneo entero. Pero en este presente en el que el fútbol se acostumbró a irrespetar los contratos y perder la paciencia tan fácil como lo hacen los hinchas. Pero lo más grave no es que lo hagan los dirigentes apremiados por las presiones del fanático y su ‘barrabrava’ interno, sino que cada día es más frecuente que sean los entrenadores y los jugadores quienes dejan de lado la ‘palabra refrendada con la firma’ para escapar a un destino mejor. ¿Qué tiene de malo eso si cualquiera lo hiciera en su trabajo? Que el perjudicado siempre es el club y esto pasó en Banfield -otra vez-.

“Sinceramente conmigo no habló nadie y si bien es un grande que seduce, lo cierto es que yo acá estoy bien, aunque preocupado por la situación en la que estamos”. Esas fueron las últimas palabras públicas de Jorge Orosman Da Silva como entrenador del Taladro. Porque antes de comenzar la práctica de la tarde que estaba prevista para después de las 17, el DT le dijo a los dirigentes -encabezados por el presidente Carlos Portel- ‘me voy porque dirigir a Peñarol es un sueño de toda mi vida’. Ese fue su único argumento. Atrás quedaron las dudas por las respuestas anímicas de un plantel al que había elegido dirigir hacía apenas más de dos meses. Se despidió de los jugadores y se fue, seguramente al Manya uruguayo.

Cada cual es decidir su destino, decir eso es tan obvio como que en los últimos tiempos los contratos sirven tan poco como las palabras al viento. El Polilla Da Silva hizo algo que si hubiera hecho Banfield estaríamos hablando de un club a la deriva institucional -situación que es un realidad a pesar de ser el perjudicado en este caso-. ¿Se imaginan la opinión de todo el fútbol si el uruguayo era despedida tras tres fechas? Debería ser la misma que con la resolución que hizo que al proyecto de Banfield se lo coman las polillas.


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