Son unos baños árabes o hammam, contiguos al desaparecido Alcázar omeya, posiblemente fueron los más importantes de la ciudad.
Fueron realizados bajo el califato de Alhakén II para el disfrute del califa y su corte, forman un conjunto de estancias con muros de sillería.
Replican el orden heredado por las termas romanas de salas frías, templadas y calientes, en diferentes estancias cerradas con bóvedas soportadas por arcos ultra semicirculares sobre capiteles y columnas de mármol.
Durante los siglos XI y XIII fueron reutilizados por almorávides y almohades.
En el año 1903 se hallaron sus restos de forma accidental en Campo Santo de los Mártires, que meses más tarde fueron soterrados. Entre el año 1961 y 1964, un grupo de historiadores cordobeses sacaron a la luz dicha construcción, dejando constancia de su gran envergadura.El 26 de octubre de 2006 los Baños Califales se abrieron al público en forma de museo.La visita transcurre por una serie de estancias que incluye un área de recepción, el antiguo vestuario, un jardín andalusí, un salón taifa, el baño almohade y la zona de servicio.