[8/10] El escenario de la Alemania Democrática comienza a ser un lugar muy transitado por el cine alemán. No en vano, proporciona un rico material para adentrarse en la verdad de unos ciudadanos que vivían entre sombras y sospechas, ocultos bajo la máscara de la apariencia y reprimidos por la disciplina del partido. Lo vimos en “Good Bye, Lenin!” y en “La vida de los otros”, y ahora nos lo muestra Christian Petzold en “Bárbara”, drama frío e intimista en el que una mujer trata de fugarse del país para reunirse con su marido en Dinamarca. Ella es Bárbara, una doctora a quien se le niega el visado de salida en el verano de 1980, obligándole a permanecer en un hospital rural de Torgau -a orillas del Elba-, bajo la estrecha vigilancia de las autoridades. Decidida a consumar su huida y desconfiando del entorno que la acecha, su rostro hermético e inexpresivo es reflejo de un alma constreñida pero que ansía la libertad, y la parquedad de su palabra no logra esconder la necesidad de abrirse y confiar en alguien.
La cinta fue la elegida por Alemania para que le representara en los últimos Oscar, y supone un notable ejercicio de contención expresiva, de economía narrativa y de depuración formal. Magistral es la gradual evolución de Bárbara, que va de la ocultación de cualquier sentimiento bajo la aparente despreocupación y distanciamiento de todo, hasta la conversión interior al percibir una realidad humana entre pacientes y personal del hospital. Bárbara huye de un estado policial que ha anulado la personalidad y la vida privada, y en ese proceso encuentra la verdadera libertad en su propio corazón. Frente a un viaje físico para traspasar la frontera, se le ofrece otro interior en el que se reencuentre consigo misma y donde valore la realidad que deja tras de sí. El dilema que se le presenta vacila, pues, entre el individualismo y la solidaridad.
Se trata de una experiencia semejante a la de Wiesler -el capitán de la Stasi en “La vida de los otros”- al entrar en contacto con lo más humano a través de la bello y lo bueno. Aquí también Bárbara se sensibiliza ante realidades humanas que la conmueven por dentro, ante el heroísmo de una resistencia que le obliga a replantearse su vida. Y el gran mérito de esa transformación se debe a Nina Hoss, protagonista absoluta de la película, capaz de transmitir con un ligero gesto todo el drama interior y la tensión de un ambiente de represión y amenaza continua. Le ayuda una fotografía de tonos fríos que genera una atmósfera irrespirable de sospecha y desconfianza, aunque salpicada de algunos rojos y azules vivos que hablan de esperanza; lo mismo que una puesta en escena sobria y naturalista donde lo principal son los personajes y el dilema de conciencia que se les plantea. Ronald Zehrfeld también da buena réplica a Nina al encarnar a un colega amable y cálido, a la vez que respetuoso y discreto, hasta actuar de desencadenante de una crisis que tenía que llegar.
La contención narrativa y los diálogos concisos y lacónicos, junto al tono documental y al cuidado trabajo de sonido hacen de esta cinta un ejemplo de precisión y cálculo germánico, en el que solo la subtrama de la adolescente embarazada rompe el tono de tensa calma que alienta la historia. Con todo, estamos ante el intento de una cinematografía por descubrir y rescatar unos brotes de humanidad enterrados por el férreo control policial, y ante el despertar de un corazón que vuelve a palpitar mirando un futuro de cambio y de lucha por unos ideales. En ese sentido, la vida de Bárbara sirve de metáfora de un país que sufre la esquizofrenia de una identidad confundida y desorientada, y también es el espejo de una sociedad que trata de sobrevivir a la tristeza y la desesperación.
Excelente trabajo, por tanto, de revisionismo histórico que encantará a aquellos que quieran un cine que atienda a la intrahistoria del pasado reciente, sin efectismos emocionales ni músicas melodramáticas, pues la sutileza de rostros y silencios basta para desenmascarar una utopía marxista frustrante, sin necesidad de recursos que distraigan de lo importante… que no es otra cosa que un corazón que comienza a caldearse y a mirar a su alrededor.
Calificación: 8/10
En las imágenes: Fotogramas de “Bárbara” – Copyright © 2012 Schramm Film Koerner & Weber, Zweites Deutsches Fernsechen y Arte. Distribuida en España por Golem. Todos los derechos reservados.
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Publicado el 8 abril, 2013 | Categoría: 8/10, Alemania, Año 2013, Críticas, Drama
Etiquetas: amor, Barbara, Christian Petzold, Good Bye, La vida de los otros, Lenin!, libertad, Nina Hoss, Ronald Zehrfeld