Que Mattel le acabara dando la razón a Sabina era algo que creía que no verían sus ojos. Las niñas ya no quieren ser princesas. Quieren ser superhéroes.
Y ese cambio social, cultural y generacional tiene mucho que decir en la industria juguetera. Contra todo pronóstico, Barbie, la que fuera un icono global y cultural durante 57 años y muñeca más vendida en la historia, cambia su cuerpo por primera vez.
El modelo curvy, sí, ese que tiene culo y caderas, ha sido portada de la poderosa Time bajo el titular: “Y ahora, ¿podemos dejar de hablar de mi cuerpo?”
Barbie Curvy. Foto: Time
Una campaña de RRPP inteligente, ocurrente y tempestiva si no fuera por un pequeño detalle –maldita hemeroteca, que diría la Pastor- la Barbie tradicional también fue portada del Sport Illustrated en febrero de 2014. En bañador. Auch.
Que la transmutación barbiana se haya producido porque en Mattel son puros de corazón o porque los deseos de la demanda son ley, le trae sin cuidado. A decir verdad, ella siempre fue más de Barriguitas y de Nancy, para qué les va a engañar.
Sea como fuere, bienvenida sea la diversidad, los cambios de peso y de estatura. Ahora, la nueva colección de muñecas fashionistas 2016 incluye cuatro modelos de cuerpo. El habitual, una muñeca más alta, el petit, el curvy. Desconoce hasta qué punto contribuye esto a la igualdad de la mujer, a la lucha contra los trastornos de alimentación.
Casi en paralelo a la irrupción de la nueva rubia, en Valencia veíamos una campaña de guerrilla en plenas rebajas donde, junto a las etiquetas de las prendas, se podían leer las pegatinas que había colocado un colectivo feminista #eresmásquetutalla. Porque una talla no define. Ni a una persona. Ni a una muñeca.
Recuerda las tardes de su infancia, jugando con sus vecinas, con su primo. Clicks, muñecas y casitas y fuertes a base de TENTE. Ni una sola vez se recuerda pensando acerca del peso de lo que tenía entre manos. Así de ligera y brillante es la imaginación.