¿Qué compran quienes coleccionan obras de arte? Desde hace unos años el tema del coleccionismo ha tomado protagonismo como tema expositivo en Barcelona. Tanto la Fundación Godia, recordemos la exposición sobre Barceló, como la Fundació Vila Casas, han querido dar visibilidad a un fenómeno totalmente indispensable para que el arte disfrute de buena salud.
Vista de la entrada. Fundación Godia, 2012. Foto: Camilayelarte
No sólo de museos y centros de arte se alimenta el sector artístico, sin coleccionismo, sin personas que compren obras, no hay sistema del arte que valga. El nuestro muy fuerte no es, pero ello no significa que no haya colecciones de calidad con obras que pueden competir a nivel internacional. Barcelona Colecciona comisariada por Sara Puig, directora de la Fundación Godia, es un recorrido por ese coleccionismo que consciente de sí mismo y con una visión que va más allá de las fronteras patrias, ha ido abriéndose camino en Barcelona, tal vez a la par, o así lo sugiere su comisaria, con el nuevo rol que la propia ciudad ha construido sobre sí misma en estos últimos años.
Sylvie Fleury, Naughty but nice, 2003. Colección Carmen Riera, Deposito permanente CAC Málaga. Foto: Camilayelarte
Vista general de la exposición. Foto: Camilayelarte
Barcelonas y coleccionistas a parte, lo más interesante de la exposición es ver como a través de las obras seleccionadas es posible tejer un discurso sobre los temas que han interesado al arte en los últimos años. De hecho, la exposición arranca precisamente con temas universales que probablemente han estado siempre allí, en cualquier periodo histórico con mayor o menor intensidad: el erotismo, la guerra y la soledad, son el hilo conductor de las obras que encontramos en la planta baja. A destacar las fotografías de Nobuyoshi Araki, realmente eróticas, para mi mucho más que Mapplethorpe, Jannis Kounnellis, en relación a la guerra y una pieza de videoarte de Paul McCarthy, de esas tan inquietantes que provocan desasosiego a la Nauman, a quien también encontraremos en otra sala.
Paul MacCarthy, Pinocchio, Pipenose householddilemma, Colección Cal Cego, 1994. Foto: Camilayelarte
En la planta superior los temas van de lo universal a lo particular en distinta escala: el espacio, las arquitecturas, la contraposición entre tradición/innovación, la feminidad, el cuerpo y finalmente la materia. Tengo que decir que me hice un poco un lío con el recorrido a seguir, y es ahora escribiendo sobre ello que me doy cuenta de la relación entre ciertos temas como el espacio y la arquitectura o la feminidad/cuerpo/materia...es así. Los nombres que suenan en estas salas forman parte del star system artístico, Anish Kapoor, Andreas Gursky o Cindy Sherman se dan de la mano, y allí lo realmente bonito, con artistas como Antoni Muntadas, Ignasi Aballí o Cristina Iglesias.
Vista general de la exposición. Foto: Camilayelarte
al fondo Jean Michel Basquiat. Foto: Camilayelarte
Si no fuese por la curiosidad y por saber que la información está en las cartelas, a uno se le olvida que estas obras son de coleccionistas barceloneses. Puestos a curiosear y aunque no es la finalidad de la exposición, diré que entre los nombres que más suenan están los de Carmen Riera, Isak Andic (Mango), José Maria Civit y Alorda-Derksen, llevándose el premio a la colección con más coherencia, Josep Inglada y Roser Figueras con Cal Cego. Y puestos a curiosear y banalizar me pregunto si la obra de Basquiat en la planta baja, una especie de autorretrato, no será la misma que hace unas semanas leía en el Homenatge a Salvador Riera y que compró el galerista hace muchos años y de la que ni él ni su ahora viuda, Carmen Riera, se quisieron desprender cuando vendieron su colección al MACBA.
Lo mejor: La consciencia de que hay un coleccionismo en Barcelona con ganas de hacer bien las cosas. Que empecemos a familiarizarnos no sólo con los nombres de museos y galerías sino también de los coleccionistas que enriquecen el patrimonio artístico de la ciudad (aunque sea de puertas para adentro)
Lo peor: Utilizar los pasillos como espacio expositivo.