Argumento:
Wall Street, 1850. Un abogado trabaja con sus dos copistas, Turkey y Nippers, y el chico de los recados, Ginger Nut, de manera tranquila y rutinaria, cuando el incremento de trabajo le obliga a buscar ayuda adicional. En respuesta a su demanda, aparece una mañana un joven de figura pálidamente pulcra, lamentablemente decorosa e incurablemente desamparada... Es Bartebly
Opinión:
El escuchar que un hombre le solicita algo a otro y este responde: "Preferiría no hacerlo" provoca un extraño desconcierto. Un poco inexplicable, un poco agradable. Es precisamente ahí donde Bartebly El escribiente resalta. En la belleza de no saber -al igual que el narrador- lo que vemos ante nuestros ojos.
Pero ubiquémonos mejor. Estamos en Wall Street, en el año 1850. Un abogado tiene a su cargo a dos secretarios y un chico para los recados. Tras la demanda de trabajo, el abogado solicita a un secretario más. Entonces aparece Bartebly: "Un joven de figura pálidamente pulcra, lamentablemente decorosa e incurablemente desamparada"...
Herman Melville
La narración posee una fluidez desde la misma caracterización psicológica del narrador como del personaje Bartebly, quien conmueve a través de cada una de las escenas y replantea lo que somos y hacemos. Si algo tiene este libro es que enfrenta las ideas preconcebidas sobre las relaciones laborales: Uno pide-El Otro otorga. Sin discusiones. Puede que Bartebly esté lleno de apatía -para mí, de una comprensión y conocimiento de sí mismo que no gozan sus semejantes- pero sin saberlo pone a pensar a su jefe abogado, con la forma mecánica en que actúa y siendo tan diferente Bartebly, se reconoce en él. Herman Melville dibuja cómo buscamos algo sin saber para qué se quiere.De otra forma, el personaje de Bartebly también plantea la idea de permanencia. Y eso tampoco se imagina ya que -basta ver la información sugerida en medios impresos y audiovisuales- el flujo de situaciones cambia a cada momento. Y debemos adaptarnos a ese cambio, así como a nuestras aspiraciones personales, que no dejan de aparecer. Me parece que con Bartebly El escribiente, Herman Melville desarrolla una crítica demoledora a la forma aceptada en que debemos ser y actuar. Esto a través de una historia sencilla pero profunda, triste pero divertida: breve pero extensa en su comprensión, que seduce por sus personajes y la empatía de sus ideas, las cuales dispara y pone a jugar en acciones hermosas.