Estoy en frente de una de las mejores películas en blanco y negro que vi este año. Se trata de El hombre y el monstruo de 1931, dirigida por Rouben Mamoulian y basada en el relato El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde de Robert Louis Stevenson.
Esta peli me pareció fascinante. Las actuaciones de los actores son magistrales. Se llega a odiar a Mr. Hyde y también se llega a sentir mucha lastima por la pobre chica a quien tiene sometida.
El Dr. Jekyll es un respetado científico, y tiene el firme pensamiento de que la psique humana está conformada por dos partes, que en simples palabras una seria buena y la otra mala. La cuestión es que Jekyll cree que es factible separarlas. Así que trabaja para lograrlo. Por supuesto que lo logra.
El Dr Jekyll en su versión normal, es un buen hombre, no puede esperar a casarse y ser feliz con la mujer que ama. Y a pesar de que su suegro no los autoriza todavía diciéndoles que deben esperar 8 meses, él no pierde las esperanzas.
Por otro lado, cuando el Dr. toma la pócima, cambia de aspecto, pareciéndose más a un salvaje que a una persona. Se convierte en un ser despreciable capaz de pelear a los golpes con cualquiera e incluso abusar de una mujer.
Todo se empieza desmadrar más cuando Mr. Hyde empieza a aparecer sin la necesidad de la pócima. El Dr Jekyll va perdiendo el poder sobre su cuerpo para ser manejado completamente por su lado malvado. Esto le traerá problemas con la ley.
Mientras veía la peli sentí mucha lastima por la pobre victima de Mr. Hyde. Es decir por Ivy. Quien de pronto se ve en una relación con un hombre toxico y violento.
El tema que trata esta peli me recordó un poco a El hombre invisible, en donde un científico descubre una pócima para volverse invisible, y estando en ese estado comete actos que siendo normal nunca habría hecho. Aquí es parecido, aunque cuando estamos en frente de Mr. Hyde, Jekyll no tiene poder de decisión. Es como si habláramos de dos personas diferentes.
Película totalmente recomendable para los amantes de los monstruos.
CALIFICACION:5/5 CALAVERITAS