Batalla perdida… ¿Y la guerra?

Era uno de los fijos en las quinielas para sentarse en el Consejo de Ministros y, finalmente, su nombre fue sustituido por otro jienense. Aspiraba a adquirir mucho más peso en la cúpula del partido de cara a las elecciones y se queda compuesto y sin ‘número 3’. El incombustible Gaspar Zarrías, que lleva tiempo pensando casi en exclusiva en clave de partido, no dio el salto al primer plano que él mismo reclamaba, tras el terremoto causado por la profunda crisis de gobierno. A pesar de que su ‘obsesión’ no era el plano institucional sino continuar su ascenso en la calle Ferraz, no creo que salga especialmente reforzado de una operación que representa más una derrota, una batalla perdida.
Y, como ocurre siempre en política, no existen las derrotas ni los derrotados, porque siempre cabe una interpretación positiva a cualquier decisión. Y esta ocasión no iba a ser menos. Entre las filas socialistas, después del ‘shock’ inicial, defienden a capa y espada que se trata de una buena decisión y no, precisamente, de una derrota. Que la ‘mano derecha’ de Chaves en Madrid sigue y seguirá teniendo mando en plaza en el día a día. Pero, uno se pregunta: cuando quieres dar más poder a alguien, ¿no le subes el rango?
El tiempo se le acaba. Aseguran que alguien que se ha caracterizado por la supervivencia no ha dicho su última palabra. A la guerra aún le quedan algunas contiendas importantes. Pero, este revés no deja indiferente a nadie.
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Publicado en mi blog 'Entre Líneas' de Viva Jaén