Revista Comunicación
Bates motel -temporada 1- midnight
Publicado el 26 agosto 2015 por Jorge Bertran Garcia @JorgeABertranMIDNIGHT (20 DE MAYO DE 2015) -AVISO SPOILERS- El final de la primera temporada de Bates Motel deja claro que el peso dramático de la serie recae en Norma Louise Bates, la madre del asesino de Psicosis (Alfred Hitchcock, 1960), interpretada por una brillante Vera Farmiga. La decisión es interesante, aunque personalmente habría preferido un interés mayor en Norman Bates (Freddie Highmore). En este capítulo, una gran cantidad de dinero es el motor del conflicto que hace temer por su vida a Norma. Recordemos que en el clásico de Hitchock también había dinero implicado: el que robaba Marion Crane (Janet Leigh). Pero creo que en aquella película ese dinero era el clásico McGuffin del maestro del suspense, un elemento argumental que en realidad no tiene ninguna importancia, pero que sirve para mantener el interés del espectador y que la trama avance. Aquel dinero robado solo era una excusa para que Marion acabe hospedándose en el motel Bates. ¿Y en la serie? Pues el dinero que quiere recuperar el peligroso Jake Abernathy (Jere Burns) es un concepto mucho más abstracto -no sabíamos nada de su existencia hasta ahora- y solo sirve para poner en peligro la vida de Norma. Esa amenaza de muerte es el catalizador que nos permite descubrir cosas de su pasado: los abusos infantiles que -supuestamente- sufrió por parte de su hermano, la existencia de un padre violento. Pero Norma, madre dominante y castradora, decide confesar estos traumas a Norman justo antes de que este asista a un baile de su instituto. ¿Quiere Norma estropearle a su hijo su cita con Emma (Olivia Cooke)? ¿O realmente teme por su vida y por ello siente la urgencia de confesarse con alguien? Aunque esta subtrama me interese menos, hay que admitir el buen trabajo de Farmiga, especialmente destacable en escenas como la que comparte con Dylan (Max Thieriot). Éste le enseña a disparar con una pistola y durante la lección se le escapa un "mamá" -Dylan suele llamarla "Norma"- que enternece a su progenitora. Farmiga nos muestra la vulnerabilidad de su personaje, pero enseguida cambia de registro para mostrarse eufórica cuando da en el blanco con la pistola, demostrando la inestabilidad de Norma. El baile de fin de curso podría haber sido mucho más jugoso para un personaje como el adolescente Norman Bates. Quizás los guionistas han evitado utilizar un evento que hemos visto en cientos de películas -y series- estadounidenses, empezando por Carrie (Brian De Palma, 1976). Norman asiste acompañado de Emma y debería ser feliz. Pero quizás por lo que le ha contado su madre, o por su propia psicopatía latente, o porque es un perdedor peterparkeriano, no puede evitar mirar fijamente a Bradley (Nicola Peltz). Norman soporta humillaciones como haber visto a Bradley ligando con su propio hermano, Dylan; o que el "novio" de esta le pegue acusándole absurdamente de acosador. Todo esto lo vemos sin percibir cómo afectan a Norman estos agravios. Pero quizás precipitan lo que llevamos esperando durante 10 capítulos.
La resolución del episodio reincide en los puntos más débiles de la serie. Norma se presenta -sin demasiada justificación- a la cita con Abernathy pero se convierte en espectadora de lo que ocurre entre éste y el sheriff Alex Romero (Nestor Carbonell). La escena se desarrolla con un tono casi humorístico por la ridícula situación de Norma, parapetada tras unas cajas y apuntando torpemente con su pistola. Romero hace creer a Abernathy que podrá continuar con su negocio de trata de blancas en el pueblo -un truco de los guionistas para engañarnos- pero acaba matándole a tiros. Por alguna razón, que Romero se tome la justicia por su mano, tranquiliza a Norma. Mientras tanto, Norman huye del baile bajo la lluvia y es rescatado por su profesora, la señorita Watson (Keegan Connor Tracy), que inexplicablemente le lleva a su casa, le cura y luego se cambia de ropa en su presencia. ¿O estamos ante otra fantasía de Norman? Lo cierto es que, tras un falso final feliz, el predecible cliffhanger revela que Watson es, por fin, la primera víctima de Norman. Esto debería cambiar, y mejorar, lo que nos cuenta esta serie en su segunda temporada.