Revista Cocina

Batido de plátano y yogur griego para merendar

Por Mikeyf

Últimamente he de cuidarme más. A veces me cuesta. Siempre he sido demasiado fan de la bollería industrial, de ponerme chato a gominolas y de comer hasta hartarme. Pero, eso se tiene que acabar.
A veces, por la tarde me da hambre, y me comería un caballo (más bien, un café con leche, con su consiguiente empacho de galletas Chiquilín). Tengo la tentación en casa, es la verdad, pero no vamos a quitar todas las galletas del desayuno para que a la tarde no me dé por ponerme chato, así que, intento encontrar alternativas algo más saludables.
No que las Chiquilín no sean healthy, que lo son, pero no en plan dos docenas. Ya me entendéis.
Y, antes de seguir dejadme que me explaye con el tema "healthy vs. no healthy". Primero que una cosa sea saludable no quiere decir que no engorde, y es posible que una cosa no sea saludable y adelgace. Vamos que lo "light" no siempre es "healthy". Yo siempre utilizo el máximo posible de ingredientes naturales y ecológicos. Como lo menos posible con grasas saturadas e intento mantener un orden de lo que como. Aquí es fácil, porque los supermercados y tiendas de barrio de toda la vida de nuestra zona tienen buenos proveedores que incluyen baserritarras con huertas y carnes con Eusko Label, etc.
Lo importante es usar ingredientes buenos, que sabes de donde vienen y comer con moderación todo aquello que te pueda hacer daño. Yo no como muchos embutidos ya, mal que me pese, debido a que el alto contenido en grasa de algunos puede sentarme mal, pero eso se traduce en que como poco, pero el día que como chorizo, como del bueno, vamos, del buenísimo que te cagas, ese que hacen la casona de al lado del pueblo donde mis padres tienen la casa del pueblo, vamos.  Se me entiende, ¿no?
Pues eso, menos protein shakes y más pollo de corral y mantequilla natural.
Sigamos con lo que nos competía, que me pongo rollo "Lady Gaga en una marcha a favor del matrimonio igualitario" y me subo por los vericuetos de Úbeda y luego no hay Dios que me baje. Y es que yo soy de comer poca fruta de postre. Y el sólo hecho de pensar en comerme una pieza de fruta a media tarde, me da una pereza insufrible. No te voy a mentir, la fruta y yo, somos poco amigos, pero hace tiempo que me he ido fijando en la moda del smoothie, o milkshake: el batido de toda la vida, vamos.
Así que me ha dado por hacer pruebas. Por ahora el más reseñable es este que os traigo hoy. Necesita poco: un plátano maduro, un yogur griego (el mío desnatado, pero vamos, cada uno lo que quiera, claro), y alguna cosita más.
Algunas tardes, aquellas en que libro de la librería, o en fin de semana, me gusta darme un homenaje. A veces toca tomarse un batido, con un poquito de miel para endulzarnos la vida. Te recomiendo encarecidamente darte el homenaje. Es como bailar por qué sí. #SuchFun.
batido de plátano y yogur griego para merendar
Batido de plátano y yogur griego
para 2 pequeños o 1 grande

1 plátano
125 g. de yogur griego desnatado
½ cucharada (tbsp.) de miel
1 puñadito de cereales integrales
235 ml. de leche semidesnatada
Combinar todos los ingredientes con la ayuda de una batidora. Beber inmediatamente.
Otros batido de plátano a tomar en cuenta son este y este. De Joy the Baker.


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