Revista Cine
Batman v Superman: el amanecer de la justicia (Batman v Superman: dawn of justice, Zack Snyder, 2016. EEUU)
Publicado el 24 marzo 2016 por Juanjo85Batman v Superman: dawn of justice (Zack Snyder, 2016. EEUU): dos clases de coincidencias convergen en esta archiesperada adaptación procedente de Extended Universe de DC Comics, que responde así a las dos propuestas de Marvel traducidas en el, de momento, impecable díptico sobre Los vengadores(2012-2015). Por una parte, macabra, al coincidir el estreno de esta macro-mega-superproducción con un nuevo y triste ataque terrorista, y, por otra, curiosa, al estrenarse en Semana Santa, con las fuertes implicaciones religiosas que posee el no demasiado trabajado guión, lo cual no quita que el film sea espectacular (aunque con altibajos), sin ser mejor, ni más denso (ni de lejos), que la visión noir que Nolan (quien por cierto produce) firmó del caballero de la noche, como tampoco supera a la aproximación que el propio Zack Snyder, un cineasta con un notable sentido del espectáculo, escenificara hace tres años del hombre de acero en la discutida (ésta también lo será) Man of Steel, sobre la cual se construye, de forma discretísima eso sí, esta secuela (ha generado tal expectación por su argumento que casi se ha obviado por completo, y con razón, que es una continuación, por mucho que inicie una nueva franquicia-universo compartido, o cómo se quiera llamar). Snyder, ayudado por David S. Goyer a los mandos del guión, refríe los orígenes del, aquí, crepuscular y quemado murciélago (un poco acertado Ben Affleck) y lo sitúa tímidamente como antagonista, aunque ese antagonismo se lo vayan pasando, hasta la última media hora, los dos héroes, el humano y el alienígena, en un claro caso de lo catastrófico que ha resultado su guion y su montaje. Su interminable epílogo sólo puede tener una imagen final, por mucho que la evidencia quede en (casi) sugerencia. Y pese a todo ello, pese a su exhibición con y sin personalidad, pese a su exageración también con y sin personalidad, y pese a su caos… mola.