`Batman Year One´ -imprescindible para los amantes del Señor de la Noche y el cómic en general

Si este largometraje de animación se hubiese estrenado el año que viene -más concretamente en el mes de Mayo- habría sido una buena forma de conmemorar el 25 aniversario de una de las grandes obras de Frank Miller. Ya que en 1987 tuvo que dar su peculiar visión sobre los primeros años del Señor de la Noche. Todavía en pañales y sin rumbo, desconociendo totalmente lo que el destino le ofrecería a posteriori. Todo ello vino debido al a revolución que tuvo la editorial DC a raíz de la limpieza global que sufrió su Universo comiquero. De ahí que los personajes principales (Batman, Wonder Woman, Superman, Flash, etc…) sufrieron una limpieza de cara y orígenes que en ese momento eran los oficiales.

DC, aparte de su éxito en algunas de las adaptaciones cinematográficas de sus personajes, mima bastante el campo de la animación. Algunas veces con historias nuevas y otras con el punto de mira en cómics ya publicados. De ahí que películas como All Star Superman, Superman/ Batman Enemigos Públicos o Superman/ Batman Apocalipsis, sean fiel reflejo de lo que pudimos disfrutar en las viñetas.

Batman Año Uno no es una excepción, la diferencia es que aquí nos encontramos con una de las más importantes historias que se han hecho sobre Batman y el resultado es prácticamente perfecto.

Empecemos hablando sobre la historia. Sobre una en la cual un niño observa atónito la muerte de sus padres a manos de un ladrón. Dos disparos, un collar de perlas cayendo al suelo. Y finalmente una oscuridad que acaba acechando y engullendo a alguien que no sabe que su camino en la vida se ha visto totalmente modificado. Como hablamos de cómics, de ficción, nuestro pequeño heredero acabará buscando algo tan necesario y esquivo -algo que ocurre en nuestra realidad- como es la Justicia. No la Venganza, si no la Justicia, que es bien diferente. Bruce Wayne no busca a quien le arrebató a sus padres, Wayne busca erradicar de su ciudad a cualquiera que pueda hacer sufrir a alguien tanto como a él.

Da igual que al personaje le incorpores a un jovencito con pantalón corto y antifaz. Bruce Wayne/ Batman siempre va a tener un origen de sufrimiento y madurez personal que es lo que ha hecho que durante las últimas décadas haya encadilado a miles de lectores en todo el mundo.

Este largometraje animado es tan fidedigno a la obra de Miller que parece que las viñetas han cobrado vida. Pocos, por no decir ninguno, detalles son pasados por alto. De ahí que la labor de los implicados merezca cualquier tipo de ovación y aplausos por parte de la platea. Parecerá fácil, pero no lo es. Podía haber fallado la animación, o haber incorporado o eliminado alguna cosa que no hubiese gustado a los fans de Año Uno. Sin embargo, y ojalá siente precedente, nos encontramos con una película de animación respetuosa y que sacia la sed de los amantes del cómic a la hora de ver plasmada una de las grandes obras de un arte no reverenciado lo suficiente.

Qué difícil es poner en una película una voz en off. En los cómics funciona a la perfección, sobre todo porque dicha forma de expresión es muy diferente a otras y se acopla perfectamente, de ahí que los textos de apoyo (donde los pensamientos del personaje son leídos por el lector) sean casi una parte fundamental. Miller es un experto en ello. Muchas veces -sobre todo en los últimos tiempos- llega a meterlos sin ton ni son. Cansando y llegando al hastío. El mencionado texto de apoyo ya no es algo que se vea necesario en la historia, si no que llega a ser una parte prescindible. No así en sus obras mayores, sea la que nos ocupa, The Dark Knight Returns, Ronin, Elektra Lives Again, etc, pero sí en las que ha hecho en los últimos años y que parece demostrar que el genio se ha diluído debido a su increíble fama y ego.

En Batman Año Uno no se abusa de ello, pero está presente en determinados momentos. Bruce Wayne o Batman nos muestran que su trabajo en Gotham no va a ser fácil, mientras que Jim Gordon (todavía no había llegado al puesto que todos conocemos) nos guía con sus diálogos a un mundo en el que nadie en su sano juicio querría vivir.

Pero Miller no quería hacer sólo una historia sobre Batman, sobre el nacimiento del héroe. Si no más bien mostrar al lector el hábitat en el que tendría que madurar. De ahí que muchos opinen, y no desacertadamente, que Batman Year One sea una historia centrada en el hombre de la calle.

Gordon, un policía problemático para quienes quieren corromperlo y llevarlo a la parte más farragosa de la ciudad, es un hombre con principios en un mundo donde éso ha pasado a mejor vida. Si Wayne quiere llevar la justicia a las calles, Gordon quiere llevarla a la base. A su casa. A la policía. De ahí que los numerosos problemas por los que tiene que pasar no son si no la prueba máxima hacia la mencionada madurez emocional. Es decir, Batman y Gordon acaban fortaleciendose y demostrando que ellos pueden cambiar la ciudad y no al revés.

Es una placer, un placer elevado al cubo, ver como Batman es acorralado en un edificio y se las ingenia para salir airoso del embite, a Gordon propinarle una paliza a un ex-boina verde que a la postre es su compañero de armas en un principio, Catwoman en sus comienzos (ejerciendo de prostituta) y defendiendo su territorio cuan gato salvaje ante la aparición de alguien que no ha sido invitado, así mismo el climax no podía ser más impresionante y determinante para el futuro de los dos personajes principales de la historia. Dejando la puerta abierta hacia una amistad que ha durado décadas enteras en los cómics.

Al final Batman Año Uno es una delicia visual para aquellos que pudieron degustar/ disfrutar el origen que Miller ofreció sobre el personaje en su momento. Y que quitando algunos pequeñísimos detalles, sigue vigente a día de hoy. A todo lo comentado habría que sumar una animación que recuerda en muchos momentos la labor del dibujante David Mazzucchelli, quien plasmó los guiones de Miller con una maestría inusitada. ¿Se puede pedir más? Yo creo que no.

Fdo: Snake