La gran mayoría de la gente creía que la final de la UEFA Champions League iba a ser entre el Real Madrid y el Barcelona, haciendo que éste pueda ser el séptimo de la temporada. Sin embargo, nada de eso ocurrió, ya que ambos equipos fueron eliminados en las semis, por lo que sus verdugos, el Bayern Munich y el Chelsea sean los dos equipos que se disputen la “Orejona”.
Pasado
Los bávaros se van a dar un gusto casi atípico: serán los terceros en jugar la final en su propio estadio, el Allianz Arena, algo que hicieron el Inter de Helenio Herrera en 1965 (vencieron al Benfica por 1-0 en San Siro) y la Roma en 1984 (cayeron en los penales ante el Liverpool en el Olímpico). Ésta será su novena aparición en un encuentro decisivo. Ya había obtenido cuatro títulos (tricampeonato entre 1974 y 1976, y 2001), y fueron subcampeones en idéntica cantidad de ocasiones (1982, 1987, 1999 y 2010).
Por su parte, el Chelsea no tiene mucha historia copera encima, ya que jugaron apenas una final de este certamen: aquella disputada en 2008 en el Estadio Luzhniki de Moscú frente al Manchester United, en la que cayeron por penales. No obstante, disputaron la final de la antigua Recopa de 1998 ante un conjunto alemán (Stuttgart), y se impusieron por 1-0.
Las únicas dos veces que se enfrentaron fueron en el marco de los cuartos de final de la edición 2004-2005. En la ida, en Stanford Bridge, fue 4-2 para los blues, mientras que la vuelta fue 3-2 para el equipo teutón en el Olympiastadion, que fue escenario de tres finales de esta competición (1973, 1993 y 1997). Los dirigidos en aquel entonces por José Mourinho pasaron a semifinales por diferencia de gol. De aquel partido sobreviven Bastian Schweinsteiger, Frank Lampard, Didier Drogba, Petr Cech y John Terry
Presente
El equipo comandado por Jupp Heynckes llegó a la final luego de ganar el repechaje frente al FZ Zürich, salir primeros en el “Grupo de la muerte”, el A, integrado por el Manchester City, el Napoli, y el actualmente descendido Villarreal. En octavos derrotó al Basilea con una lección de fútbol en el partido de vuelta, en cuartos hizo lo propio con el Olympique de Marsella, y en semis fue la clasificación por penales frente al Real Madrid.
El Chelsea fue puntero del Grupo D, zona que compartió con el Bayer Leverkusen, el Valencia y el Racing de Genk. En la fase de eliminación sus víctimas fueron el Napoli en octavos (cabe destacar que en la ida dirigió André Villas Boas, despedido días después, y en la vuelta el actual DT, Roberto Di Matteo), el Benfica en cuartos y el Barcelona en semis, con un estilo tan discutido como efectivo.
Por primera vez en el último lustro, se enfrentarán dos equipos que no se consagraron en sus respectivas ligas (los últimos fueron Liverpool y AC Milan en 2007). Los londinenses fueron sextos en la última Premier League, lo que motivaría que, en caso de no consagrarse, jueguen la próxima temporada en la Europa League, mientras que sus contrincantes fueron subcampeones del Borussia Dortmund.
Además, ambos llegaron a los partidos decisivos de sus copas nacionales, pero tuvieron suerte dispar: mientras que el cuadro inglés logró la FA Cup frente al Liverpool, los de Münich fueron apabullados por el equipo que ejerce su localía en el Westfalenstadion, que, aunque parezca mentira, salieron últimos en su zona en la fase de grupos, sin tener la chance de conformarse con la Europa League.
Los dos equipos conllevan diversas ausencias: en el rincón rojo no estarán presentes David Alaba, Holger Badstuber y Luiz Gustavo; y en el azul faltarán Branislav Ivanović, Raul Meireles, Ramires y John Terry, quien, más allá de la suspensión, podrá levantar la copa en caso de una victoria de su equipo.
Futuro
Todo está casi servido. Solo falta que el portugués Pedro Proença dé el inicio de este partido a las 15:30 de Argentina. De esta final que, considerando los pronósticos previos, es quizá la menos esperada.