Alguien dijo algún día, que el blues, no era más que un hombre dolido pensando en la mujer con la que estuvo alguna vez. El sonido del alma chirriando cuando es acosada por el dolor; un lamento en forma de canción.
Mis aptitudes para la música son absolutamente nulas (ale! ya lo he dicho), puedo acompañar un tema golpeando con los nudillos sobre una mesa o imitar (sin nada entre las manos) el rasgueo de una guitarra mientras suena algún estupendo sólo...hasta ahí llego, sí, es triste, lo sé, por eso la envidia me dominó cuando vi por primera vez en directo a nuestro personaje de hoy. Lo suyo es un Don natural, sobre el escenario su guitarra se convierte en una extensión natural de su cuerpo, nunca vi a nadie disfrutar más tocando. Debe ser fantástico tener un don como ese, sus astutos dedos se imantan sobre las cuerdas para hacernos sentir felices y llenos. Un genio de la música, si existe una verdadera estrella del Blues, ese es él, transmite como nadie ese patrón de doce compases en el que se basa el Flamenco de los negros americanos, y además disfruta con ello. He visto pocas expresiones de satisfacción como la de B.B. King mientras acaricia con sus dedos a su "Lucille"... Corría el año 1925 cuando Riley B. King llegó a este mundo, en medio de una plantación en el delta del Mississippi, sus padres, Albert y Nora, eran braceros en las tierras de cultivo. Como muchas otras estrellas su primer acercamiento a la música fue a trabes de la iglesia, tanto su madre como su abuela eran muy religiosas, así que acostumbraban a llevar regularmente al pequeño Riley a la iglesia de Klimicheal, donde el pastor usaba la música como medio de unión con su congregación. King quedó fascinado al ver al pastor tocando su guitarra, así que le convenció para que le enseñase a tocar y así poder acompañarle en los servicios religiosos.
Un documento genial (algo largo, eso sí) donde se aprecia la genialidad de King hace mas de 40 años En aquel momento el Delta Blues estaba en su apogeo, junto al de Texas y el Piedmont, reflejando en su sonido la idiosincrasia del hombre negro, libre para ir de aquí para allá, el "hobo", vagabundeando y disfrutando de la vida cuando todo va bien y trabajando temporalmente cuando las cosas se ponen feas, y vaya si se pusieron, en 1929, una debastadora caída de la bolsa propició la mayor crisis económica de los USA. Con tanto problema, el blues rural, considerado como el de los analfabetos, apasionado, aspero, enérgico, insistente y algo repetitivo, empezó a decaer. A Riley le gustaba aquel sonido, aunque no lo suficiente. A finales de la década de los 30, mientras trabajaba para una familia blanca, King consiguió ahorrar lo suficiente para su primera guitarra, cuando la tuvo entre sus manos un nuevo mundo se abrió ante sus ojos. A principios de 1943, mientras trabaja como recolector y tractorista en Indianola, forma su primer grupo musical, un coro de cinco voces masculinas ("The Famous St. John's Gospel Singers") a los que King acompañaba con su guitarra. Cuando reune unos cuantos dólares decide mudarse a Memphis, donde los Bluesman del delta habían ido emigrando debido a la gran depresión, allí estaba naciendo un nuevo Blues, basado en guitarras amplificada, harmónica y una sección rítmica de bajo y batería, además de imperar un nuevo concepto melódico mucho mas complejo y elaborado.