Será que hoy estoy un poco cerdete, porque si no, no entiendo qué extraño resorte ha hecho que Vanessa Paradis apareciera en mi mente. Y no una Vanessa Paradis cualquiera, que esa, me interesa más bien poco, sino la que aparecía en el videoclip con el que la descubrí. Vayamos con él y luego continuamos, ¿sí?
Se trata de un tema de 1992, de cuando la niña se fue a hacer las Américas. No me digáis que ese vídeo, con esa cancioncita tan maja y esa Vanessa más guapa que nunca no es como para que de repente, lo recuerde, tal que 18 años más tarde... sí, esa separación en la piñata tan característica sigue estando ahí. Y aún así, tan lánguida, pero con ese aura de falsa inocencia y esa ropa de hippy sexy, con ese inglés afrancesado cantando una bonita tonada fotocopiada de Motown, me sigue gustando. Aunque yo ya no tenga 13 años. Todo encaja, la chica, el vídeo, la canción. Sin conjugar estos tres elementos, no sería lo mismo.
Vanessa Paradis había sido una estrella preadolescente en Francia, una suerte de Melody gavacha, pero sin gorilas. Claro que viendo su éxito estrella “Joe Le Taxi”, casi me quedo con la rumbera y su baile simiesco (uh, uh, uh). En fin, todo el mundo sabe que los franceses son idiotas. Aunque esa es otra historia. El caso es que a los 19 años decidió hacer carrera en USA, y allí se lió con un Lenny Kravitz que por aquél entonces todavía tenía cosas que decir en la música. Un día de estos tengo que hablar de Lenny Kravitz. Así, Kravitz le compuso un disco a su nueva flamante novia, del que se extrajo este “Be My Baby” como single, y que a la postre, le abrió las puertas de la fama allende Francia. Y no tengo rubor alguno en reconocer que me gusta esta canción. Aunque sea un plagio descarado y segundón del soul más almibarado de los 60’s. Y sobre todo me gusta, lo dicho, esa combinación de la canción con ese videoclip sugerente y cantado por esa extraña chica francesa que nadie conocía por aquí.
Hay que reconocerle a Kravitz su buen gusto con las mujeres, porque antes de liarse con Vanessa Paradis, había estado casado con la (por aquél entonces, a finales de los 80’s) guapísima Lisa Bonet. Y posteriormente se le ha relacionado -me encanta esta expresión de prensa amarilla- con Nicole Kidman, que no me dice gran cosa pero hace unos años, antes de parecer una estatua de cera, tenía su aquél, Penélope Cruz, que si cierra la boca es una chica bonita y hasta Kate Moss (arf, arf, arf...). Hasta aquí el momento Salsa Rocksa.
Y volviendo a Vanessa Paradis, su carrera como nueva soulwoman le duró lo que duraron esos 3 minutos de clip en la MTV. Así que retornó a Francia e hizo sus cositas en cine y música, que no me pueden importar menos. Si algún lector o lectora considera que me estoy perdiendo a una artista que realmente vale la pena, que no se lo calle, que rectificar es de sabios y todo eso. Pero mientras tanto, permitidme que me ponga una vez más este “Be My Baby”.
Canciones:
Slash: "Ghost"
Lenny Kravitz: "Fields of Joy"
The Drifters: "Sugar Pie Honey"