¡¡Cuántas vueltas damos muchas veces
antes
del portazo final!!.
Soportamos, hasta incluso el caer extenuados cualquier desagradable contratiempoo dificultad y ¡cómo no! ambas a la vez, (ya venga en forma de acto o palabra), con tal de mantener abierta la puerta. Es como si eso de decir “No” casi fuera delito.
Nos cuesta darnos cuenta que ese “basta” sencillamente muestra nuestra disconformidad ante, generalmente, alguien que está vertiendo conflicto.
Hay algo de miedo ante esta resistencia pues supone pérdida, ruptura y vuelta a empezar y este es un proceso que a la altura de unos años, aparte de que en ocasiones produce cansancio, suele ir acompañado de un cierto recelo; vamos que no vaya a ser que lo que cerremos sea mejor de lo que esperamos obtener o nos llegue, pues al fin y al cabo todos llevamos pegados a la espalda sueños despedazados.
Pero lo que no creo que se deba hacer es ir en contra de los propios deseos y expectativas.
Tendríamos que valorar si las necesidades y anhelos de cada uno van en la misma dirección o en sentido opuesto, sin que ello signifique que debamos pensar y actuar exactamente igual ante cualquier situación.
Simplemente creo que es encontrar unas prioridades comunes para que ambos se identifiquen en el otro.
¿Dije “simplemente ”?
...Just “keep the faith”...
Silvia AG