Revista Cultura y Ocio

Be True To Yourself – Bobby Vee

Publicado el 29 mayo 2014 por Srhelvetica
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Tres viñetas de la vida de Bobby Vee, con la presencia inestimable de ilustres invitados: Buddy Holly, Bob Dylan, Burt Bacharach y algunos emoticonos.

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:( Febrero de 1959: la avioneta en la que viajan Buddy Holly, Ritchie Valens y Big Bopper se estrella contra la superficie de Iowa, dando inicio a una de las mitologías más importantes en la historia de la música (que se lo pregunten a Joe Meek), y poniendo de paso nombre a la aciaga fecha: el día en que murió la música. El caso es que las letras grandes de la cronología nos hablan de lo que estaba ocurriendo justo antes de esa fecha (la popularización del rock’n’roll a nivel masivo entre los jóvenes estadounidenses), y lo que tendría lugar poco después (la famosa British Invasion), pero presta menos atención a lo que sucedió INMEDIATAMENTE después de que aquella avioneta colisionara contra el imaginario colectivo: el momento exacto en el que la onda expansiva de aquel accidente sacudió como un terremoto los cimientos de la nación.

Residente en Fargo desde su nacimiento en 1943, Robert Thomas Velline era aún un adolescente cuando formó su primer grupo con su hermano Bill y unos amigos. Y lo que ocurrió el mencionado 3 de febrero de 1959 sonaba así en la voz del propio Bobby:

La noticia del accidente llegó rápidamente a Fargo, y la estación de radio local hizo un llamamiento a los grupos de la zona para amenizar el baile que estaba programado” (el baile en el que, inicialmente, estaba prevista la actuación de Holly y compañía).”Una semana aproximadamente antes de esto, yo había formado un grupo musico-vocal integrado por 5 chicos. Nuestro estilo se basaba en el de Buddy Holly, y nos sabíamos de memoria todos sus éxitos. Cuando oímos el llamamiento en la emisora nos ofrecimos voluntariamente, y como no teníamos nombre para el grupo en ese momento, sobre la marcha nos hicimos llamar The Shadows. Así que nos presentamos en el baile, y fuimos recibidos de forma entusiasta

¿Buddy Holly por un trío de adolescentes haciendo covers? No suena como un gran negocio, pero muy mal no lo debieron hacer, cuando pocos meses después Tommy “Snuff” Garrett supervisaba las sesiones de grabación  de “Suzie Baby“, el que sería  primer éxito de Bobby Vee y los suyos.

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:o Verano de 1960: un joven llamado Robert Allen Zimmerman hace una prueba para unirse como teclista a la banda de Vee, pero -qué pronto se vino arriba el muchacho, y qué poco ojo tuvo- éste le hizo saber que en realidad no necesitaban a nadie que tocase aquel instrumento. Aquel joven captó el mensaje e hizo mutis por el foro, pero el tiempo pondría a cada uno en su sitio: a partir de 1962 la estrella de Vee comenzó a apagarse (ya sabéis, lo de los Beatles aquellos) y a pesar de algunos intentos más o menos desesperados por hacer valer sus credenciales buddyholliescas, e incluso apuntarse a las nuevas modas (hay un disco suyo de esta época llamado “Bobby Vee Sings the New Sound from England!”, ahí es nada) la cosa no acabó de chutar, y su historia poco a poco se fue empezando a conjugar en pasado. De lo que ocurrió con aquel tipo llamado Robert Allen Zimmerman, conocido más tarde como Bob Dylan, mejor no vamos a comentar nada, pero si hemos de creer lo que cuenta en sus “Chronicles, Volume One”, la amistad con Vee, tanto en el plano profesional como en el personal, aún duraría años.

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:) Junio de 1963: el sello Liberty andaba enfrascado en algo en lo que puedo reconocer algunas de mis más personales e inconfesables costumbres. Lo que la importante discográfica se había propuesto no era otra cosa que lanzar una larga serie de álbumes que bajo el título de “The Wonderful World Of…” pretendía recopilar lo mejor de sus artistas, haciéndolo además en riguroso orden alfabético. La cuestión es que antes de que pudieran llegar a la “V” que correspondía a Bobby Vee, las bajas ventas desanimaron al sello de persistir en tan encomiable propósito, de modo que las mejores de las canciones grabadas por aquel fueron lanzadas finalmente como singles, en lugar de quedarse en el cajón.

El caso es que los créditos de aquellas grabaciones hablaban de la producción de Garrett y los arreglos de Ernie Freeman, pero en la letra pequeña estaba lo más importante: la autoría en la composición de ese dúo de gigantes llamados Burt Bacharach y Hal David, verdaderos responsables de que hoy podamos disfrutar de esta pequeña joya.

El arranque del tema es puro Bacharach: el fliscorno (venga, todos los que como un menda no hayais pisado un conservatorio, a buscar el palabro al google) plantea el leitmotiv de la canción, y a partir de ese punto la cosa no deja de subir. La garganta de Vee asciende por una maravillosa escala de notas al tiempo que declama las bondades de la fidelidad a uno mismo, y nos promete la entrada a un paraíso de pop risueño donde los gigantes no mueren en accidentes aéreos, y las respuestas no se quedan flotando en el viento. Era 1963, y lo que el mundo necesitaba (aún) era amor, dulce amor.

 

Publicado en: Greatest HitsEtiquetado: 1963, Bob Dylan, Bobby Vee, Buddy Holly, Burt Bacharach, Liberty, PopEnlace permanenteDeja un comentario

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