El consumo de alcohol durante el embarazo ha sido vinculado con problemas de crecimiento, deficiencias neurocognitivas, anormalidades faciales y problemas de desarrollo del hígado en los niños.
Abstenerse de beber alcohol estando embarazada en una de las principales recomendaciones de los médicos por las evidentes consecuencias en la descendencia inmediata; ahora, un estudio realizado por la Universidad de California-Riverside sugiere que estos efectos podrían, de hecho, prolongarse más allá de una generación y afectar a nuestros nietos y bisnietos.
El estudio, publicado en Cerebral Cortex, dice que el consumo de alcohol durante el embarazo podría perjudicar a las generaciones siguientes aunque no hayan estado jamás en contacto con el alcohol, ya que se ve afectada la anatomía del neocórtex responsable del comportamiento complejo y la cognición, lo cual podría ocasionar un comportamiento motor anómalo y aumento de la ansiedad en la descendencia posterior.
Para determinar si las anomalías en el cerebro y el comportamiento de exposición prenatal al etanol puede ser transgeneracional, los investigadores crearon un modelo de ratón con trastornos del espectro alcohólico fetal (FASD, por sus siglas en inglés) y evaluaron el desarrollo del comportamiento a lo largo de tres generaciones. La primera generación, la descendencia directamente expuesta, mostró una expresión génica atípica, desarrollo anormal de la red neuronal dentro del neocórtex y déficits de comportamiento. Sin embargo, el descubrimiento más relevante fue ver cómo las siguientes generaciones no expuestas presentaban problemas neurológicos y de comportamiento similares a los de la primera generación directamente expuesta.
Esto provee una sólida evidencia de que la exposición al etanol en el útero genera efectos neurobiológicos y de comportamiento en generaciones posteriores no expuestas
“Se encontró que el peso corporal y el tamaño del cerebro se redujeron significativamente en todas las generaciones en comparación con los grupos de control. Todas las generaciones de ratones mostraron un aumento de la ansiedad, así como comportamientos depresivos y déficit sensorio-motor. Esto demuestra los fuertes efectos transgeneracionales de la exposición prenatal al etanol en un modelo de ratón con FASD, sugerimos que el FASD puede ser una condición hereditaria en los seres humanos “, opina Kelly J. Huffman, miembro del equipo de investigadores.
Los hallazgos de este estudio sugieren que el consumo de alcohol durante el embarazo conduce a una cadena subsecuente de cambios en el sistema nervioso que finalmente afectan el comportamiento de las generaciones siguientes, lo cual enfatiza en la importancia de programas de concientización que ayuden a las mujeres embarazadas a comprender los efectos que sus hábitos de vida tienen sobre el desarrollo neurológico y el comportamiento de sus hijos, nietos y bisnietos.
Fuente: Science Daily