Revista En Femenino

Bebés en periodos de crisis

Por Y, Además, Mamá @yademasmama

Siempre se ha dicho que los niños nacen con un pan bajo el brazo. Y en épocas de penurias, la hogaza es aún mayor. Según un estudio sobre los efectos de la crisis económica en la salud de los recién nacidos, éstos son más sanos cuando la tasa de paro es más elevada, en vacas flacas, pese a todo lo que pueda parecer. “Incluso comparando los hijos de una misma madreaquellos que nacen en épocas de recesión económica nacen más sanos que sus hermanos que nacen en épocas de bonanza“, afirman las autoras del estudio.

Este resultado (aquí más información) se explica porque si la madre no trabaja y dispone de más tiempo libre puede cuidarse y alimentarse mejor, hacer más ejercicio, estar más relajada, y, en definitiva, dedicar más tiempo a su embarazo. Una conclusión que no choca con lo que siempre se ha recomendado a las embarazadas: reducir el estrés, relajarse y cuidarse, sobre todo con una alimentación sana y equilibrada y deporte suave.

Está claro que esta dedicación aumenta si la madre está en paro (sobre todo si cobra la prestación, si no, imagino que su nivel de estrés estará más bien alto), pero será mayor, digo yo, entre las clases medias y altas, no en las rentas más bajas, donde estar en paro significa disponer de menos dinero para alimentarse correctamente y cuidarse durante el periodo de gestación (ni hablar de visitas a una clínica privada, hacer yoga, pilates y natación para embarazadas o de comprarse libros sobre el embarazo).

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No obstante, el estudio no hace sino volver a señalar lo atroz que es esta sociedad donde la no conciliación afecta mucho a la salud de los bebés aún no nacidos. Para muchas mujeres, el periodo de estar en paro puede ser el ideal para animarse a tener un hijo que, en otras circunstancias, tendría que irse postergando. “Prefiero tenerlo ahora que cuando encuentre trabajo, ya me reincorporaré cuando lo tenga”, me decía una conocida en paro con respecto a su segundo hijo.

Si la economía familiar puede soportarlo y el tener descendencia es una prioridad, es un momento en el que la madre puede aprovechar, sin la presión laboral, para quedarse embarazada. Sin embargo, el problema estará entonces en la reincorporación al mercado laboral.

En mi caso, viví mi embarazo en un periodo de mucho estrés en el trabajo y siempre deseé haber trabajado unas horas menos diarias y haber descansado un poco más. Quizá fue porque acabé con problemas de salud y un bebé con bajo peso y prematuro, pero estoy segura de que con más tiempo libre habría hecho más ejercicio y me habría cuidado más. En cambio, por otro lado, me habrían ahogado las deudas. ¿Dónde está el equilibrio?

Sin embargo, y por casualidades de la vida, quedarme embarazada me salvó de sufrir un ERE de reducción de jornada en mi empresa, y al reducírmela yo para cuidar a mi bebé, de volver a ser incluida en otro segundo y quedar más desprotegida. Ese fue el pan que trajo bajo su bracito mi pequeñín.

¿Creéis que cuando se está en paro es un buen momento para tener un hijo? Si es así, podríamos prepararnos para un aumento de la natalidad, justo en el momento de mayores recortes sociales y en el que escasean las ayudas sociales a la maternidad. ¿Tan mal está planteada esta sociedad? Es el mundo al revés.


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