Becerrada impresentable y triunfo de Fernando Rey

El novillero malagueño Fernando Rey ha sido justo triunfador del festejo celebrado en la Malagueta

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Lo de hoy en la Malagueta no ha sido una novillada con caballos, ha sido una auténtica becerrada desigual, compuesta por ejemplares chicos, descastados, mansos e inválidos. Animalitos que se habían dejado los pitones vaya a usted a saber donde. ¡Qué vergüenza! ¿Donde y para qué está la autoridad? ¿A quién defienden? Si así empezamos con la novillada, si para completar la corrida de Fuente Ymbro ha habido trasiego de camiones, y de la de Victorino cuentan que se han rechazado tres toros y lo que te rondaré morena, cuando vengan las “figuras” con sus toros comprados en un bazar chino, la tomadura de pelo y de bolsillo a los abonados puede ser de considerable magnitud. Bien los trajes de los alguacilillos, el sorteo de entradas para los asistentes a los apartados, bien recibido es todo lo que sea publicidad y que contribuya a que la gente vaya a los toros. Pero si luego por los chiqueros salen inmundicias cornúpetas, todo esto no sirve para nada. ¡Mal, muy mal, empezamos! El retraso de Diputación en solventar el futuro empresarial de la plaza y la improvisación de la actual empresa, me temo que van a pasar factura, a tenor de lo visto con la novillada de hoy y de lo que está ocurriendo en los corrales, con las llamada corridas “toristas”. ¡Para echarse a temblar!

Lo más destacable de la tarde lo ha realizado a su primer oponente el malagueño Fernando Rey, alumno que fue de la Escuela Taurina de Málaga, que completó su formación en el Centro de Alto Rendimiento de Guadalajara. Ante un novillote mansito pero potable, que se empleaba poco, ha mostrado una madurez técnica encomiable. Vistoso su quite por “Lopecinas” o  “Zapopinas” que es como debieran denominarse, pues su inventor fue el torero mexicano Miguel Ángel Martínez “El Zapopan”. Muy buen comienzo de faena de muleta, de gran eficacia y torería. Muy bien colocado, sabiendo escoger los terrenos, tomando la distancia adecuada, y dando los tiempos necesarios, logrando meterlo en la franela. Comenzó con unos derechazos de mano muy baja, muy templados y largos, rematando atrás y llevando la embestida hacia dentro, rematando con sensacionales pases de pecho de pitón a rabo y muy ajustados. Buenos naturales, profundos, templados, de mano baja, jugando muy bien el movimiento de muñeca para llevarlos muy atrás, y rematando con excelentes pases de pecho. Faena de justa medida. Se tiró a matar, pero al no cruzarse sufrió un topetazo. Ya saben el dicho: “al que no se cruza se lo lleva el toro”. Estocada que le valió una justa oreja, con fuerte petición de la segunda, que la presidenta, Ana Mª Romero, no concedió acertadamente. Esperemos que la señora Romero, mantenga este criterio cuando vengan las figuras. En los corrales su nivel de exigencia para dignificar esta plaza y para defender los intereses de quienes pasan por taquilla, hoy ha brillado por su ausencia. Ahí, en los corrales, es donde queremos los aficionados ver la labor de la autoridad.

El quinto de la tarde fue un inválido que mantuvo doña Romero en el albero. El lisiado animalito se quedaba corto y se derrumbaba si se le obligaba. El malagueño lo entendió, toreándolo a media altura, con mucha suavidad, sin forzarle. Faena más de técnica que de profundidad por las condiciones del bicho. Prolongó innecesariamente la faena y vino el revolcón, afortunadamente sin consecuencias. Sonó el aviso y tras un pinchazo y una estocada recibió el premio de una oreja por parte del paisanaje. Bien Fernando Rey en su paso por la Malagueta. Una clara apuesta de futuro.

Al paisano Luis Rivera, estudiante aplicado de Veterinaria, le cupo el peor lote. El primero, descastado, soso, sin fijeza, imposible. Anduvo sereno y voluntarioso. Al becerro descastado que hacía cuarto, le recetó varias verónicas con enjundia. El novillo fue muy mal picado, traserísimo lo que sin duda fue también causa de que llegase a la muleta muy aplomado, acabando en auténtico marmolillo, sin opción alguna para el lucimiento. Prolongó innecesariamente la faena, poniéndose muy pesado y escuchando protestas por parte del público. Alguien debería decirle que cuando el pozo está vació es inútil intentar sacar agua, y que en estos casos la brevedad es un mérito.

Completaba la terna el pacense José Garrido, brillante ganador del Certamen de Escuelas Taurinas del pasado año, que ha dejado un buen sabor. Sin duda tuvo que apechar con el lote más complicado. Garrido ha ofrecido los mejores momentos de toreo con la capa, que maneja con soltura y gusto. El que hacía tercero fue devuelto por invalidez manifiesta desde que salió por la puerta de chiqueros, por lo que no se entiende a qué esperó tanto doña Romero para sacar el mocador verde. El novillo no transmitía, tardo en la embestida, cabeceando al final del pase. Lo intentó pero también alargó la faena si necesidad. El sexto fue el más complicado, que si bien se desplazaba, lo hacia con una embestida descompuesta, pegando tornillazos. Pecó de dejarse enganchar la pañosa y de no haberle bajado la mano para intentar someterlo. También se puso pesado prolongando la faena. Pero la disposición mostrada, las ganas, el valor que posee y las aptitudes que le hemos visto, nos hacen albergar la esperanza de que el chaval, vaya adquiriendo la lógica y necesaria madurez, porque tiene madera para ser alguien en esta dura profesión.

Paz y Salud

Pepe Pastor