Revista Música

Bee gees – parte i (los inicios)

Publicado el 21 marzo 2016 por Perendengon

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Hola Graminoleños.

Hoy “La Graminola” atiende a los deseos de Cristina, que desde Madrid es una de las más fieles seguidoras que nos acompaña desde el mismo día en que se creo este proyecto. Espero estar a la altura y que le guste lo que le voy a contar, en tres entregas, la primera hoy, la siguiente el próximo jueves y terminaremos dentro de siete días con la tercera, porque para hablar de los Bee Gees es necesario hacerlo bien. Este es el planing, esperando con ansia sus opiniones:

  • PARTE I: LOS INICIOS
  • PARTE II: EL ESTALLIDO
  • PARTE III: UNIVERSO BEE GEES

Y es que este trío es a la vez superconocido y desconocido. Superconocido porque seguro que seréis capaces de recitar muchos de sus éxitos, pero a la vez grandes desconocidos porque hay detalles que no todo el mundo sabe. Como por ejemplo que no siempre fueron tres, que no se llevaban tan bien como parecía, que no siempre cantaron en falsete, que no eran tres sino cuatro hermanos, de donde viene su nombre artístico y tantos y tantos detalles que voy a intentar desvelaros.

Muchos dirán que habría que hacerles un monumento, pero yo creo más bien que a quien habría que hacérselo es a sus padres, que parieron uno detrás de otro a unos músicos increibles. Primero nacería Barry, poco después los mellizos Robin y Maurice, que años después se converterían en un auténtico fenómeno de masas. Más tarde llegaría el benjamín, Andy, del que también hablaré. Lo dicho, un monumento.

La familia Gibb emigraría a Australia desde Manchester y los tres hermanos muy pronto empezaron a moverse en el ambiente musical que había por allí. Corría el año 1963 y en poco tiempo se hicieron bastante populares con algunas apariciones en programas locales de televisión. Esta popularidad les llevaría a lanzar su primer trabajo, solamente publicado en Australia, firmado como “Barry Gibb & The Bee Gees’s” y de título “The Bee Gees sing and play 14 Barry Gibb Songs”. Creo que queda claro quien era el que partía el bacalao en el grupo.

El disco no era más que un recopilatorio de canciones que los tres habían compuesto e iterpretado en solitario, pero era el primer paso para lo que estaba por venir.

Tan sólo un año después llegaría un nuevo disco, publicado también únicamente en Australia, cuyo título sería “Spicks And Specks” y que firmarían ya con el nombre de Bee Gees. Os preguntaréis de donde viene ese nombre, pues bien, cuando acudieron por primera vez al estudio lo hicieron acompañados de toda la familia. Uno de los técnicos de sonido dijo que aquello estaba lleno de Brothers Gibb, es decir de B G en abreviatura que en ingles se pronuncia … Bee Gees.

Lo curioso del caso es que no tenían demasiadas esperanzas depositadas en este trabajo, por lo que decidieron regresar a Inglaterra. Nada más regresar a su tierra se enterarían de que el disco había llegado al número uno de ventas en Australia y que el single que le daba título sonaba a todas horas. El proyecto Bee Gees ya estaba en marcha.

Aprovechando este inesperado éxito, el trío de hermanos mandarían una demo a varias casas discográficas, cayendo una de ellas en manos del manager de los mismísimos Beatles, Brian Epstein, quien puso en marcha la maquinaria para que en el año 1967 publicaran su primer disco a escala internacional, que llevaría el título de “Bee Gee’s 1st”.

Cuando salió al mercado, para promocionarlo, la discográfica mandó a las emisoras de radio el que iba a ser el primer single del grupo, “New York Mining Disaster 1941”, pero sin que hubiese la más mínima información de quien se trataba. Algunos de los DJs radiofónicos pensaron que era el nuevo trabajo de los Beatles dado el sonido que en los primeros tiempos practicaría el trío de hermanos. No eran los cuatro de Liverpool, pero iban a triunfar igual.

Como habréis observado, en el vídeo aparece alguien más que los hermanos Gibb. Como anunciaba al principio, Bee Gees no siempre fueron un trió. En sus primeros momentos eran cinco sus componentes. Además de los hermanos Gibb formaban parte del grupo Vince Melouney a la guitarra y Colin Petersen a la batería.

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Otro de los temas destacados de este disco sería una canción que se convertiría en un auténtico clásico y que artistas como Rod Stewart, Nina Simone, The Animals o Michael Bolton interpretarían en algún momento de su carrera. Una de esas canciones que se escriben con letras mayúsculas y que solamente están al alcance de intérpretes de talla mundial. Con todos vosotros “To Love Somebody”.

Es evidente que la música de los prinicipios de Bee Gees era muy distinta a la que vendría después. Nada de música para bailar, bastante más baladas, nada de barbas y, sobre todo, voces puras y duras sin falsetes. Eso sí, dejaban joyas como una de mis canciones preferidas de su primera etapa, este “Holiday”.

Sin solución de continuidad, en el año 1968 llegaría un nuevo trabajo que significaría su espaldarazo definitivo. “Horizontal” significaría la confirmación de que su éxito era ya a nivel mundial. De hecho, una de las canciones del disco llegaría de inmediato al número uno de las listas del Reino Unido, siendo ésta la primera ocasión en la que lo lograrían aunque no la última, ni muchísimo menos.

“Massachussets” es otra de esas canciones de típico sabor americano de la época y otro de los éxitos de siempre que no pierden ni un ápice por mucho que pasen los años. No es de extrañar que llegara a lo más alto de las listas.

El éxito les lleva a salir de gira y comienzan a actuar en directo con un gran éxito. Además sus apariciones en programas televisivos tanto ingleses como norteamericanos son constantes, por lo que su popularidad crece y crece y su música empieza a ser conocida en todo el mundo.

La mayoría de sus éxitos son medios tiempos o baladas, pero lo cierto es que la fórmula funciona, aunque los primeros problemas empiezan a surgir entre los miembros del grupo. Ya se sabe, según crece el éxito también crecen los egos. Mientras tanto nos dejaban baladas tan preciosas como “Words”.

La creatividad de los Bee Gees era tremenda y a finales de ese mismo año llegaría un nuevo disco que repetiría las pautas y rutinas de los dos precedentes. Un éxito total, aunque sería el disco que llevaría al abandono del grupo a uno de sus integrantes. El título de este trabajo es “Idea”.

La canción franquicia de este disco sería otro baladón de título “I Started A Joke”.

Fue entonces cuando llegaron los problemas. Aunque el grupo estaba integrado por cinco miembros, era evidente que los que llevaban el mando eran los tres hermanos Gibb. Vince Melouney no compartía esa idea y compuso un tema que él mismo interpretaba para que fuese incluido en el disco. El trío de hermanos se oponía y finalmente se llegó a una solución salomónica: en Reino Unido se publicaría el disco con el tema de Melouney incluído, mientras que en el resto del mundo iría otra canción compuesta por Barry en su sustitución.

De cualquier manera, Melouney seguiría enfrentado a sus compañeros de viaje, toda vez que él quería que la música del grupo evolucionara más hacia el soul, algo que no compartía el resto., lo que le llevaría finalmente a abandonar el grupo.

Podéis comparar vosotros entre uno y otro tema. La canción de Vince Melouney llevaba el título de “Such a Shame”.

Ciertamente sonaba distinto a lo habitual. Lo que sonaba como casi siempre es la canción que sustituyo a la de Melouney en el resto del mundo, con el más genunino sonido Gibb: “I’ve gotta get a message to you”. Personalmente me quedo con esta última. Por cierto, ¿es mi vista o Barry en este vídeo aparece anormalmente delgado?

La semilla de la discordia ya estaba sembrada en el grupo y ciertamente el incidente con Melouney no sería el único. Como habréis podido observar, el bueno de Maurice era de los tres hermanos el que menos pintaba a la hora de interpretar las canciones. Barry y Robin se repartían este comentido, y por ahí vendrían los problemas. Celos de hermanos.

En el año 1969 llegaría el siguiente disco de los Bee Gees. “Odessa” fue uno de sus discos en principio más ambicioso aunque finalmente no tuvo la trascendencia que ellos esperaban. Un doble disco conceptual de rock progresivo en el que la elección del single que iba a servir de presentación desencadenaría un gran desencuentro entre Robin y Barry.

Robín quería que fuese una de las canciones que él había compuesto la que saliera al mercado como sencillo, pero finalmente sería el tema compuesto por Barry titulado “First Of May” el elegido, lo que provocaría un enfado monumental de Robin que le llevaría a tomar la decisión de abandonar el grupo. En menos de un año Bee Gees habían perdido a dos de sus integrantes.

El inicio de la década de los 70 llegaría con la publicación de dos nuevos discos. A principios de 1970  aparecería en el mercado “Cucumber Castle”, el primer disco sin Robin, que también publicaría un disco en solitario por esas mismas fechas, pero de las carreras por separado de los hermos Gib ya hablaré en su momento.

Colin Petersen no estaría de acuerdo con algunas de las decisiones tomadas durante la grabación de este disco y Maurice y Barry cortarían por lo sano, decidiendo despedirle en medio de la grabación y excluyéndole en los créditos del disco como participante en el mismo. La situación era bastante delicada y daba la impresión de que los días de Bee Gees podían estar llegando a su fin.

Mientras tanto nos dejarían temas como este exitoso “Don’t Forget To Remember”. Es curioso ver en el principio del vídeo la portada del single en la que aparecen tres Bee Gees, pero uno de ellos rubio como la cerveza y sin el apellido Gibb por medio.

La situación era insostenible y Maurice y Barry deciden arrojar la toalla. A pesar de que siguen teniendo mucho éxito y de que el público les aclama allá donde van, los problemas internos de los componentes del grupo provocan la ruptura, aunque afortunadamente no sería definitiva.

Tras la separación, ambos intentarían iniciar su carrera en solitario como ya había hecho Robin, pero pronto se dieron cuenta de que no estaban cómodos en esta situación y de que la cosa no funcionaba. Apenas unos meses después, el amor fraternal se impondría y los tres hermanos Gibb retomarían el grupo con la formación que tan familiar nos resulta y que ya no volvería a cambiar. Los Bee Gees estaban de vuelta.

A finales del año 1970 llegaría “2 Years On”, el disco del retorno de Robin a la madriguera y grabado exclusivamente por los tres hermanos. Lo cierto es que no se sabe muy bien si por cierta saturación de discos en el mismo año o porque la fórmula estaba empezando a desgastarse, este trabajo tendría menos éxito y repercusión que los anteriores, aunque la canción “Lonely Days” si gozaría de las preferencias del público como de costumbre. Además el disco estaba lleno de canciones melancólicas y tristes, con letras llenas de sufrimiento.

La creatividad de los hermanos Gibb parecía que había caído un tanto después de su reagrupación. En el año 1971 llegaría “Trafalgar”, un nuevo disco que obtendría unos resultados de éxito y ventas muy similares a su antecesor, aunque entre sus canciones se encontraba una que iba a lograr un hito en la carrera de los Bee Gees.

Me estoy refiriendo a “How Can you Mean A Broken Heart?”, la primera canción hasta ese momento que alcanzaría el número uno en las listas de los Estados Unidos, compensando con creces el discreto éxito del disco completo. Por cierto, que manía tenían de subirse en cualquier sitio en sus actuaciones y vídeos.

Fue en este momento cuando decidirían tomarse un pequeño respiro, por lo menos en el aspecto compositor. Estaba claro que se avecinaban cambios importantes en el sonido del grupo, pero mientras tanto llegaría en el año 1972 un nuevo disco, aunque lo de nuevo era bastante relativo.

“To Whom it May Concern” es un disco formado por las distintas canciones que se fueron quedando en el camino sin llegar a ser publicadas en sus anteriores trabajos. No se puede hablar de “desechos” porque evidentemente tienen calidad suficiente, pero si que son esos temas que no acabaron de convencer demasiado.

Como es de imaginar los estilos de las canciones que lo componen es bastante variado y no se puede hablar de un disco demasiado uniforme. Su aceptación fue similar a la de “Trafalgar” y entre esos temas estaba “I Can Bring Love”.

Lo que estaba quedando claro es que después de los cambios en la formación y quedar ésta formada por los tres hermanos Gibb únicamente, Bee Gees había perdido la chispa, la magia y la inspiración. Esto se pondrían todavía más en evidencia con los dos siguientes discos que publicarían. Dos discos que recibirían críticas atroces por falta de ingenio y por estancamiento según los expertos.

El primero de estos dos discos llegaría en el año 1973 y llevaría el título de “Life In A Tin Can”. Como ya digo las críticas fueron muy malas y por primera vez en su carrera ninguna de las canciones de un trabajo suyo entraría en las listas de éxitos. Los críticos especializados apreciaban que el trío estaba en plena decadencia.

No mucha mejor suerte correría el siguiente disco, publicado en 1974 y de título “Mr Natural”, aunque con algunos matices. Los hermanos Gibb se habían dado cuenta de que no podían estirar más el chicle de sus balados pop de los últimos tiempos y que tenían que evolucionar. En este trabajo se empezarían a percibir algunos de los cambios que llevarían a cabo en los siguientes años y que les devolverían al estrellato.

Uno de estos cambios se puede apreciar en la canción “Dogs”, en la que en los coros, por primera vez en su carrera, aparece levemente ese sonido que les haría tan inconfundible del falsete de la voz de Barry. El cambio había llegado. Bee Gees empezaban a estar de vuelta.

Y entonces llegaría el momento clave de su carrera. Corrían los mediados de los 70 y por aquel entonces la música disco rompía todos los moldes y sonaba a todas horas y en todos los sitios. Si tenías una canción que sirviera para bailar, tenías un éxito. Y ese sería el camino que tomarían a partir de ese momento. Los sintetizadores (aunque algunos renieguen de ellos no cabe duda que significaron una auténtica revolución en el mundo de la música) aparecerían en su siguiente disco que no sería más que un aperitivo de lo que estaba por llegar.

En 1975 saldría al mercado el disco que les devolvería a la senda del éxito: “Main Course”. Pero el cambió de sonido y la aparición de canciones hechas para bailar no fueron el único cambio notable que introdujeron. El falsete en sus voces, sobre todo en la de Barry, sería utilizado prácticamente en todos sus temas y ese cambio les haría inconfundibles.

El tema más destacado de este disco es una canción que sería incluida asimismo en el disco más famoso de los Bee Gees, del que hablaremos largo y tendido el próximo jueves, que les llevaría a la cumbre definitivamente, si hombre, ese de una pelicula que … Bueno, que ya os lo cuento más adelante. La canción en cuestión es “Jive Talkin'”.

Habían dado con la tecla. A partir de ese momento Bee Gees sería sinónimo de discoteca y música disco y siguiendo este camino volverían los éxitos multitudinarios que caracterizaran sus primeros años de carrera.

De esta manera en el año 1976 llegaría “Children Of The World”, el disco que confirmaría el nuevo sonido que los hermanos Gib habían elegido para continuar su carrera. Con una producción idéntica a la de su antecesor, conseguiría un éxito rotundo y algunas de sus canciones se convertirían en auténticas llenapistas. Sobre todo la que se publicó como primer single, “You Should Be Dancing”, que llegaría al número uno en Estados Unidos y que también sería incluída en la Banda Sonora de la película esa en la que salía Tony manero.

En aquel momento Bee Gees ya eran un fenómeno de masas y en Estados Unidos bebían los vientos por ellos. Lo que no sabían sus fans es que lo mejor, lo más espectacular, estaba por venir. En el año 1977 iba a llegar su siguiente disco. El definitivo, el auténtico, el de los records. El disco del que hablaré en la siguiente entrega de La Graminola en la segunda parte de la carrera de los Bee Gees.

Para que la espera no se os haga larga, además de escuchar mucha música podéis deleitaros con los cuadros de las chicas de “Esencia de Trementina”. La música es auténtica magia y la pintura no se queda atrás. Por eso en esta ocasión nos han dejado una bonita pintura de un hada, de esas hadas que tantas y tantas veces habrán sido las musas de los músicos para hacernos llevar la vida de una manera mucho más feliz.

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Esto es todo por hoy, Graminoleños. No faltéis el próximo jueves en el que seguimos con la historia de los Bee Gees. Paso lista.

JUAN JOSÉ GOMARIZ


BEE GEES – PARTE I (LOS INICIOS)

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