SPOILERS DEL FINAL DE BEING HUMAN A CONTINUACIÓN

Y se terminó Being Human. Varios años han pasado desde que escribí mi reseña sobre la serie, y curiosamente vuelvo a opinar sobre ella ahora que llegó a su fin. Si bien las diferencias entre la primera temporada y esta última son bastantes (empezando porque el elenco protagonista se renovó por completo el año pasado), creo que la esencia del programa se mantuvo intacta: Being Human nunca dejó de ser Being Human. Es más, soy de las que opinan que, a partir de la inclusión del grupo nuevo, la serie se renovó y logró seguir adelante de una manera que, sinceramente, yo no esperaba. Fue una decisión arriesgada por parte de Toby Whithouse, pero la jugada le salió bien.
Esta quinta y última temporada exploró en más profundidad a los nuevos personajes y a la relación que se establece entre ellos, y también mezcló de manera bastante ágil buenas dosis de comedia (que siempre estuvieron presentes en la serie, pero jamás como este año) y de drama sobrenatural. En lo personal, no tengo ninguna queja sobre el trío protagonista nuevo. Si bien adoraba a Mitchell, George y Annie, los tres nuevos (Hal, Tom, y Alex) se hicieron querer casi inmediatamente y lograron sacar a la serie del pozo depresivo y muy dramático en el que había ido cayendo durante la tercera temporada.

“I’m not omnipresent, but I can multitask.”
Además del cambio de protagonistas, una de las cosas que más saltaron a la vista desde el principio de esta temporada fue la abundancia de momentos cómicos, aunque ojo, eso no significó que no hubiera drama y algunas escenas jodidas típicas de la serie. Nada que ver. Por una vez, los villanos principales dejaron de ser los vampiros y todo se redujo a un tipo malísimo. ¿Quién? Nada menos que el Diablo, aquí encarnado en el cuerpo de un siniestro y gruñón ex capitán de la armada llamado Hatch, e interpretado de manera brillante por el gran Phil Davis. De verdad creo que la actuación de este hombre fue una de las mejores cosas que tuvo Being Human este año. La reaparición del Diablo se da a partir del interminable enfrentamiento entre vampiros y hombres lobo, que solo sirve para alimentar su maldad y hacerlo más y más fuerte. Cuando se entera de que un hombre lobo, un vampiro, y una fantasma conviven juntos en una misma casa, su objetivo será separarlos para así lograr llevar a cabo su plan: el de terminar de hundir a la humanidad. Además del Diablo, esta temporada también incorporó a un par de personajes totalmente dementes y sanguinarios, como un vampiro que, luego de matar sin parar, terminó muriendo en un intento casi desesperado por ser “bueno” otra vez, y un agente secreto del gobierno encargado de proteger a los humanos de seres sobrenaturales. Una especie de X-Files à la Being Human, pero con un loco de la guerra a cargo. Todos estos personajes fueron aportando, con su violencia y locura, más y más drama que terminó desembocando en un capítulo final cargado de problemas para Hal, Tom, y Alex.
El capítulo final, muy apropiadamente titulado “The Last Broadcast”, puede ser engañoso. Muestra algo… pero también muestra algo más, que no está tan a la vista. Esta serie, si bien ha tenido sus buenos momentos de comedia, siempre se caracterizó por no ser particularmente condescendiente, y las pruebas están a la vista luego de los finales dramáticos que tuvieron los protagonistas originales. Por eso al principio me resultó un tanto extraño ver cómo el episodio iba transformándose lenta y predeciblemente en un happy ending más. Uno que me gustaba, pero que al mismo tiempo no dejaba de hacerme ruido.

Mmm, ¿definitiva? Veamos.
Luego de la muerte del Diablo, los minutos finales de la serie consisten en los amigos descubriendo que han logrado ser humanos de nuevo, completamente normales y mortales, y se los muestra viviendo contentos. La cámara hace un último plano de los tres mirando televisión sentados en un sillón, y eso sería todo… desde un punto de vista.
¿Es posible que una serie como Being Human tenga un final tan Hollywood? Nah. El “segundo final” está medio encubierto, pero está ahí, listo para derrumbar nuestro optimismo, pero también para darnos un final, creo yo, más satisfactorio. La pista se encuentra en la escena final del episodio, que muestra elementos característicos de todos los protagonistas de la serie (los guantes de Mitchell, la estaca de Tom, la ecografía de Nina, entre otros), y termina enfocándose en el lobo de origami que el Diablo le da a Tom cuando le muestra la vida normal que podría llegar a tener.


Mientras tanto, resta suponer que el mundo externo a la burbuja donde viven ahora los tres es un mundo caótico, lleno de violencia y de lucha constante. Pero a eso tampoco lo sabremos nunca. Lo genial de este final es que muestra dos alternativas: por un lado, tenemos el final típicamente feliz y optimista, y por otro lado, de manera implícita, se encuentra un final deprimente y oscuro, típico de esta serie. De esta manera, creo que logran dejar satisfechos a la mayoría de los fans. Como dije más arriba: Being Human nunca dejó de ser Being Human, y su esencia sigue presente en este final medio ambiguo que tuvo. A mí me gustó.
Gracias por estas cinco temporadas que, si bien han tenido sus altibajos, nunca fallaron en entretenerme y hacerme pasar un MUY buen rato. Con personajes viejos o nuevos, esta serie no decepciona. La voy a extrañar.
